La Fundación Caja Rural Castilla-La Mancha presentaba ayer su Instituto de Innovación y Competitividad, que nace con el objetivo de promover e impulsar el desarrollo socioeconómico de la región.

Una «herramienta» al servicio de los actores del desarrollo de Castilla-La Mancha, para lograr una mejor calidad de vida para todos los castellano-manchegos.

Acción y talento son las claves de esta iniciativa, a cuya presentación asistía ayer la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal, quien recordando las palabras del investigador guadalajareño José Manuel Leceta -este mismo año nombrado Hijo Predilecto de la región- subrayaba que «el futuro de todos nosotros depende de la competitividad y la innovación».

Por ello, continuaba la presidenta regional,  es necesario «dotar al talento de los instrumentos necesarios para que libremente pueda crecer». Una labor para la que se pone en marcha este Instituto de Innovación y Competitividad.

En este sentido apuntaba cómo con este instituto desde la Fundación Caja Rural Castilla-La Mancha se está «innovando la innovación», estableciendo «otras maneras de ver el talento y cómo sacarle provecho».

Asimismo Cospedal destacaba el carácter «humanista» de esta entidad de esta entidad de economía social, el cual «se ve y se respira por todos los poros», y que nace así como «cooperador necesario» de un Gobierno que tiene la voluntad de hacer cosas «no solo para la gente, sino con la gente de nuestra tierra».

«Algo más». En este misma línea se pronunciaba por su parte la directora general de la Fundación Caja Rural Castilla-La Mancha, Ana Isabel López-Casero, quien explicaba que este Instituto de Innovación y Competitividad nace como una herramienta «al servicio de los actores del desarrollo de nuestra tierra».

Cooperativas, empresas, emprendedores y mujer rural serán los destinatarios de los cuatro programas que articularán la acción de este Instituto en favor del desarrollo del talento en la región.

Un talento que será el «eje vertebrador» del Instituto, y al que están dispuestos a «regar, cultivar y abonar», a buscarle los mejores compañeros y socios, para que pueda desarrollarse de la mejor manera posible.

Por su parte el director general de Caja Rural Castilla-La Mancha, Víctor Manuel Martín, señalaba la acción y el talento como elementos clave para «mejorar la vida de todos los castellano-manchegos». Y para ello, apostillaba, «esto no ha hecho más que empezar».

A ambos, así como al presidente de Caja Rural Castilla-La Mancha y su Fundación, Andrés Gómez Mora, la presidenta Cospedal auguraba «un gran éxito» con esta iniciativa.

La gala. Primera y última vez que el Instituto de Innovación y Competitividad era y será «protagonista». Era su presentación 'oficial' y no podía ser de otro modo, por lo que en Caja Rural Castilla-La Mancha, de la mano de su Fundación, no escatimaron detalles para hacerlo. Y como de innovación se trataba, también quisieron hacerlo en las formas.

Se planteaba así una gala con un formato poco usual. La música de cuerda -violines y chelo- fueron el hilo conductor de esta presentación, conducida por la italiana  Antonella Broglia, y a lo largo de la cual fueron 'entrevistados' el presidente de Caja Rural Castilla-La Mancha y su Fundación, Andrés Gómez Mora, y la directora general de la Fundación, Ana Isabel López-Casero.

Entrevistas en las que se fueron detallando objetivos, programas y demás bondades del Instituto de Innovación y Competitividad, intercalándose actuaciones como la del violinista Ara Malikian, ejemplo de talento y esfuerzo. A continuación tomarían la palabra Martín y Cospedal, para cerrar el acto con las preceptivas fotos de familia.