El desencuentro migratorio

SPC
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La masiva llegada de refugiados al Viejo Continente está agrietando la política común en inmigración, ya que cada país aplica supropio plan de choque contra este drama

El creciente número de indocumentados que llega a las puertas de Europa está provocando una de las mayores crisis migratorias en la Historia de la Unión Europea, máxime cuando cada país lleva a cabo una política migratoria individualizada y los Veintiocho no logran acercan posturas sobre cómo actuar ante esta tragedia. Veamos cada caso Estado por Estado.

FRANCIA

El país galo hace tiempo que rechaza migrantes en la frontera, sobre todo en su límite italiano. Tan solo el año pasado, París negó la entrada a 85.000 extranjeros. La Policía francesa frena el paso en la región  de Niza a muchas personas que no tienen permiso de residencia y las envía de vuelta a Italia.  

ALEMANIA

Para reducir el número de migrantes en el país, el Gobierno acordó esta misma semana deportar a aquellos indocumentados que lleguen a Alemania y que ya estén registrados en otro Estado de la UE. Para ello, Berlín creará centros de tránsito cerrados próximos a las fronteras antes de permitirles el acceso.  

AUSTRIA

El Ejecutivo de Austria introdujo en septiembre de 2015 los controles fronterizos, incluso con registros realizados por militares, en los pasos con Hungría y Eslovenia. Además, recientemente, Viena está también estudiando la posibilidad de proteger su frontera sur con Italia e implantar centros de tránsito.

ESPAÑA

Para frenar la inmigración irregular que llega a las costas nacionales, el país mantiene acuerdos -que incluyen la repatriación- con Marruecos y Estados de África occidental, de donde proceden muchos de quienes intentan llegar a suelo español. El Gobierno del socialista Pedro Sánchez se ha comprometido a revisar algunas medidas migratorias polémicas como las concertinas en las vallas que separan Marruecos de Ceuta y Melilla o la expulsión inmediata de los migrantes que intentan cruzar la frontera sin que haya un proceso de deportación. 

DINAMARCA

A principios de 2016 introdujo controles en su frontera con Alemania y desde entonces rechazó a más de 5.500 extranjeros. La mayor parte procedían de Siria, Afganistán e Irak y no tenían visado o llevaban pasaportes falsificados. El Gobierno de Copenhague se niega a aceptar cuotas de reparto de refugiados.

 ESPAÑA

HOLANDA

El Estado holandés intenta devolver a los extranjeros que ya solicitaron asilo en otro país de la UE, en base al Reglamento de Dublín. Dicho marco legal establece que hay que pedir asilo en el primer país que se pisa al llegar a Europa. Entre 2014 y 2016 Bélgica, Francia y Alemania solo aceptaron el retorno de entre un 20 y un 30 por ciento. Según el informe, menos de la mitad de las personas a las que se les denegó el asilo abandonaron Holanda. 

POLONIA

El Gobierno ultraconservador rechaza la acogida de refugiados e impulsa normas de entrada más estrictas, además de usar el Reglamento de Dublín y los acuerdos de la UE. Varsovia se niega a aceptar el reparto de migrantes acordado por Bruselas alegando motivos de seguridad. En 2017 solicitaron asilo 5.000 personas y solo se 520 autorizaciones.

REPÚBLICA CHECA

Los inmigrantes ilegales que no presentan solicitud de asilo son retenidos en centros cerrados hasta que son expulsados o repatriados. Las asociaciones humanitarias comparan esas instalaciones con cárceles. La República Checa es conocida por su dura postura respecto a los migrantes y refugiados. No hay controles permanentes en sus fronteras ya que está rodeado por países del espacio Schengen. 

HUNGRÍA

Intenta ahuyentar a los migrantes con una estricta política. Hace años levantó una valla de metal y alambre de espino de hasta cuatro metros de altura en sus fronteras con Serbia y Croacia. Los refugiados que cruzan ese paso con ayuda de traficantes suelen ser detenidos y devueltos a Serbia sin poder presentar solicitud de asilo. Distintos expertos y ONG califican de ilegal esa práctica. 

ESLOVAQUIA

Es uno de los países comunitarios más reacios a los refugiados. Aplica de la forma más restrictiva posible el Reglamento de Dublín y los acuerdos de la UE. En teoría, los inmigrantes podrían recibir un mejor tratamiento si presentasen una instancia de asilo, pero nadie se arriesga a hacerlo, ya que con casi total seguridad sería rechazada y perdería esta posibilidad en otro territorio del bloque europeo. 

GRECIA

Quienes piden asilo en Grecia tienen que esperar mucho tiempo, ya que no hay trabajadores suficientes para procesar las solicitudes. Por esta razón, muchos no se registran y confían en poder seguir hacia el norte o el oeste con ayuda de mafias y traficantes de personas. 

BULGARIA

Según la normativa, los migrantes solo pueden viajar a través de los pasos fronterizos oficiales, donde son inscritos. Quienes no llegan por el camino legal deben presentarse a las autorizares para explicar por qué viajaron de forma ilegal. Este país impide el paso de indocumentados desde Turquía con una valla de 259 kilómetros.