La lucha por el poder

PILAR CERNUDA
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Los equipos de Casado y Sáenz de Santamaría se empiezan a poner en contacto con los compromisarios, que son losque en el Congreso Nacional de los días 20 y 21 decidirán quién ostentará la Presidencia de la formación conservadora

Soraya Sáenz de Santamaría y su equipo ya han cogido pico y pala. Desde primera hora del pasado viernes, con la lista de los compromisarios en la mano, se pusieron a contactarles uno a uno para pedirles su voto en el Congreso del 20 y 21 de este mes. Solo disponen de dos semanas para llegar hasta ellos y convencerles de que la exvicepresidenta representa la mejor opción para recuperar la ilusión en el partido y ponerlo en forma. Ycon una oferta:la integración a través de una lista de consenso.

Ese objetivo de unidad ha provocado el inicio de contactos con el segundo contendiente de las primarias, Pablo Casado. Durante la noche electoral apenas intercambiaron un saludo en Génova, pero sí acordaron hablar.  

Al igual que sus rivales, el palentino y los suyos se dedicaron a ver la lista de compromisarios, empezando por los natos, los que no han sido elegidos por la militancia días atrás sino que forman parte de la Junta Directiva Nacional del PP, ejecutivas nacionales y regionales, altos cargos parlamentarios, diputados y senadores. Pero, a diferencia de lo que ocurre en el cuartel general de la vallisoletana, el asunto al que más tiempo dedican en sus conversaciones, aparte de tantear a compromisarios, es a analizar los pros y los contras de una posible lista de integración. En estos momentos en los que todavía rezuman satisfacción por el éxito conseguido, no la ven. 

Pero a medida que transcurríanlas horas empezaban a escuchar voces con reflexiones sobre los pros y los contras de no apostar por la unidad. Las consecuencias que podría tener para el futuro del partido y cuál sería la reacción de los militantes ante el rechazo a la no integración. 

La mayor parte de los votantes de Casado prefieren que se enfrente a Soraya porque creen que le puede ganar ya que representa mejor que ella la regeneración y, también, una nueva imagen con personas jóvenes, entusiastas, formadas la mayoría de ellos en NNGG como el palentino, y que quieren darle la vuelta al grupo para relanzarlo sin lastres ni vinculaciones con historias que han llenado de oprobio al PP. 

Pero también hay en el entorno del exjefe de Comunicación personas de dilatada trayectoria y que conocen muy bien al PP por dentro, que temen que el partido se rompa. Por no hablar de que no tienen ninguna garantía de que los compromisarios se inclinen por Casado en lugar de hacerlo por Santamaría. Está tan en el aire la decisión última que ellos mismos admiten que tienen por delante dos semanas para tantear el terreno, ver cómo respiran los militantes, estudiar las propuestas de la exvicepresidenta y escuchar a los candidatos a primarias que resultaron perdedores, que no rechazan siquiera la posibilidad de llegar al Congreso con todo abierto y que hasta el último momento no sepan ni ellos mismos si finalmente optarán por una lista de integración o mantener su candidatura.

Preocupa a la gente del palentino lo que ellos llaman el «relato», cómo explicar su deseo de apostar por presentar dos listas y que los compromisarios decidan. Es decir, luchar por el poder y que gane el mejor. Para que el relato sea creíble, tendrán que buscar justificación para cambiar planteamientos que han defendido durante años. En ese sentido, las hemerotecas se convierten en sierras mordientes que hacen tambalear su imagen de credibilidad. 

Por ejemplo, todos los dirigentes del PP criticaron hasta la saciedad los pactos entre perdedores, y Casado llegó a decir que «dejar que gobierne al que ha ganado es el pilar de la regeneración democrática». 

Este último acusó a Cospedal, en la campaña de primarias, de utilizar su cargo institucional para intentar perjudicarle a través de presiones a responsables regionales, y ésta le señaló como el candidato de Aznar, un hombre que hoy es considerado desleal al partido por muchos militantes. Cospedal apostó también por la integración, aunque no Casado, que siempre dijo que tenía derecho a defender su opción frente a las demás. Pero, en cambio, ha defendido la segunda vuelta como la fórmula que utilizan los países democráticos presidencialistas, sin ver las diferencias entre lo que se considera segunda vuelta en esos Estados - los mismos que votaron la primera vez voten en la segunda- con lo que ocurre en el PP, que votan los compromisarios... con lo que supone de peligro que desautoricen la voluntad expresada por la militancia.

rivalidades personales. Temen también algunos seguidores de Casado que se transmita la idea de que en Génova priman las desavenencias personales por encima de los intereses del partido, y que las mismas se lleven a las últimas consecuencias negando la posibilidad de un acuerdo ante la mano tendida de Soraya. Reconocen que la exvicepresidenta ha acertado más la noche electoral con su discurso conciliador, y hay miedo en las filas del palentino a que se les vea haciendo suya la estrategia que conviene a Cospedal, que quiere a toda costa que Soraya no se haga con la Presidencia. Ella no lo dice abiertamente,  pero es conocida su gran rivalidad.

Hablando de mujeres, un argumento que va a utilizar Sáenz de Santamaría es que la militancia del PP se ha pronunciado masivamente a favor de una presidenta mujer. Pablo Casado representa la juventud, pero ella, además de un currículum importante y más votos que su adversario, pertenece a un colectivo, el femenino, con personas relevantes que la militancia considera que debe acceder a los puestos de máxima responsabilidad.