El misticismo de la Santa

A.M.
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La asociación 'Symbilum. Ad fidem per artem' dramatizó los diálogos contemplativos de la reformadora del Carmelo

La actriz Mª José Rodríguez en el papel de Santa Teresa. - Foto: José Miguel Esparcia

a.m. / albacete

El Año Jubilar o Año Santo que proclama la Iglesia Católica es un tiempo en que se conceden gracias espirituales singulares -indulgencias- a los fieles que cumplen determinadas condiciones. La Penitenciaría Apostólica ha concedido a las Diócesis españolas, entre las que se encuentra la de Albacete, un Año Jubilar con motivo de la celebración del quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús.

Fue precisamente ayer, en el transcurso de una eucaristía en la Santa Iglesia Catedral, cuando el obispo de la Diócesis albacetense, monseñor Ciriaco Benavente Mateos, declaró como templos jubilares los dos conventos que la congregación Carmelitas Descalzas tiene en Albacete y Villarrobledo, y la propia Catedral. Tras la apertura de este Año Jubilar Teresiano y con veinte minutos de retraso sobre la hora anunciada, la Seo se convirtió en un teatro muy especial, hasta donde la asociación cultural Symbolum. Ad Fidem per Artem, vinculada a la parroquia de Fátima, trasladó un sencillo y austero decorado para representar Aquesta Divina Unión.

El montaje escénico, que combina diálogos, poesía y música y está protagonizado por la abulense María José Rodríguez Aranda, parte de la figura de Santa Teresa de Jesús para representar el acompañamiento contemplativo e intimista de las divinas uniones del Alma y Dios; de Teresa y Jesús; del Arte y la Fe; de la Música y la Poesía.

El diálogo místico de la reformadora del Carmelo fue alternado por los actores de la asociación cultural con los testimonios de quienes la conocieron bien: su hermano Rodrigo, tres de las que fueran sus mejores amigas, Guiomar de Ulloa, María Enríquez de Toledo y Guzmán -Duquesa de Alba consorte- y la madre carmelita Ana de San Bartolomé, así como con quien fuera su «caro medio fraile», San Juan de la Cruz.

Con una Catedral llena de público y con un telón de fondo que representaba la muralla de Ávila, los actores que pusieron voz, dramatización y expresividad al libreto escrito por el vicario de la parroquia de Fátima, Pedro Roldán, estuvieron acompañados por la música clásica del organista Agustín Peiró, la soprano Olga Oñate y la mezzosoprano María Majuelos, que también tocó el violín.

La función fue introducida bajo una tibia luz por Teresa de Cepeda y Ahumada para hablar de la actualidad y la vigencia que tienen, cinco siglos después, sus reflexiones. Dos de sus hermanos recordaron los orígenes y la trayectoria de quien fuera la fundadora de las Carmelitas Descalzas.

Con una puesta en escena intimista y mística, ocho actores basaron su interpretación en los poemas de la Santa abulense pero sin dejar de relacionarse con el público asistente.

La asociación cultural Symbolum. Ad Fidem per Artem está integrada por un grupo de personas unidas por la fe y el amor al arte. Nació en el seno de la parroquia de Fátima con la intención de cumplir un doble objetivo: por un lado, poner en valor el patrimonio literario, artístico y musical del carácter sacro y, por otro, dar a conocer los valores de la fe católica, favoreciendo así la recreación del arte cristiano como vía de evangelización.

Aquesta Divina Unión no ha sido la primera experiencia teatral de la mencionada asociación. Su primera función fue Sabachthaní, también con libreto de Pedro Roldán, un auto sacramental que une el medieval Oficio de Tinieblas de la Semana Santa con los Romances a la Pasión de Cristo, de Lope de Vega. Estos romances son los que se convierten en el hilo argumental de la representación que, a modo de salmos, permiten la reconstrucción dramatizada de cuadros e imaginería de los principales autores barrocos españoles.