Una Sancho Panza femenina

DPA
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Elena Poniatowska alza su voz por las causas que defiende desde hace décadas a través de su pluma y dedica el galardón a las mujeres y a los más desfavorecidos de América Latina

Una Sancho Panza femenina - Foto: ANDREA COMAS

Elena Poniatowska alzó ayer la voz por las causas que defiende desde hace décadas con su pluma. Y es que, tras recoger el premio Cervantes de manos del Rey Juan Carlos, la escritora y periodista mexicana dedicó su discurso a las mujeres y a los más desfavorecidos de América Latina.

La artista llegó al Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) nerviosa e «intimidada». «Es la primera vez que me sucede algo semejante y agradezco que sea en un sitio tan bello, rodeada de amigos y periodistas», aseguró minutos antes de saludar a los Reyes de España.

Una vez en el interior de la sala, las autoridades presentes no amedrentaron la voluntad de esta mujer valiente y menuda.

«El poder financiero manda no solo en México, sino en el mundo», aseveró. «Los que lo resisten, montados en Rocinante y seguidos por Sancho Panza, son cada vez menos. Me enorgullece caminar al lado de los ilusos, los destartalados, los candorosos», añadió aludiendo a los personajes de la reconocida obra de Cervantes, El Quijote.

Sus primeras palabras fueron, sin embargo, para su amigo Gabriel García Márquez, fallecido el pasado jueves en México. «Antes de nuestro querido Gabo, éramos los condenados de la tierra pero con sus Cien años de soledad, dio alas a América Latina y es ese gran vuelo el que hoy nos envuelve, nos levanta y hace que nos crezcan flores en la cabeza», expresó.

El Rey Juan Carlos, que presidió la ceremonia acompañado por la Reina Sofía y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tras dos años de ausencia por motivos de salud, destacó el compromiso de Poniatowska con la igualdad, la libertad y la justicia.

A punto de cumplir 82 años, la autora de La piel del cielo es la cuarta mujer que recibe el máximo galardón de las letras españolas, si bien la primera en subir «al púlpito» para agradecerlo en público y con voz propia.

«María Zambrano fue la primera y los mexicanos la consideramos nuestra porque debido a la guerra civil española vivió en México y enseñó en la Universidad Nicolaíta en Morelia, Michoacán», explicó.

Nueva ‘cervantina’. Y tras recordar a las otras dos galardonadas con el premio, la cubana Dulce María Loynaz y la española Ana María Matute, afirmó: «Hoy, son las mujeres de Cervantes, al igual que Dulcinea del Toboso, Luscinda, Zoraida y Constanza».

A través de su discurso, defendió la cultura y el conocimiento a través de mujeres como sor Juana Inés de la Cruz, quien estudió las estrellas; la famosa fotógrafa italiana Tina Modotti o la pintora mexicana surrealista Leonora Carrington.

Con voz firme y sosegada, recordó también cómo aprendió la lengua de Miguel de Cervantes tras su llegada a México en 1942, cuando tenía tan solo 10 años. Lo hizo en la calle, «con los gritos de los pregoneros y con unas rondas que se referían siempre a la muerte».

«El idioma era la llave para entrar al mundo indio, el mismo mundo del que habló Octavio Paz, aquí en Alcalá de Henares en 1981, cuando afirmó que sin el mundo indio no seríamos lo que somos», señaló la escritora.

Poniatowska estuvo siempre a los pies de la realidad. Cronista de un país, de un continente y de una época, desde niña se hizo preguntas que ha intentado contestar con sus artículos y sus libros. «En eso consiste el periodismo», aclaró.