Cosidó cesa al jefe de Antidisturbios de Madrid tras admitir fallos el 22M

Benjamín López (Spc)
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El responsable de la Policía describe un escenario de guerrilla urbana con una violencia sin precedentes de grupos ultras, que se saldó con 67 agentes heridos, siete de ellos aún de baja

COSIDÓ DA CUENTA MAÑANA DE LA INVESTIGACIÓN DE LOS INCIDENTES DEL 22M - Foto: Sergio Barrenechea

 
El dispositivo policial del 22M, con un despliegue de 1679 agentes, fue «correcto», pero existió «algún fallo de coordinación y comunicación en el transcurso de los violentos altercados» que se tradujo en un número de agentes heridos «inaceptable», según reconoció ayer en el Congreso el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, que anunció, además, el cese del jefe de la Primera Unidad de la UIP, la Policía antidisturbios que tiene su base en la Comunidad de Madrid. 
Según manifestó el responsable máximo del Cuerpo en su comparecencia en la Comisión de Interior, se llegó a esa decisión después de analizar «con extremo rigor» las imágenes disponibles, las grabaciones sonoras de las comunicaciones, los informes de los responsables policías intervinientes, y las diligencias y atestados instruidos. Así se determinó que si bien «no hubo fallos en el diseño del operativo», los errores de coordinación provocaron que el grupo de agentes que se encontraban en el foco central del conflicto quedase aislado y rodeado por los manifestantes. 
Cosidó justificó el cese del responsable de la UIP en Madrid, el inspector Javier Virseda, para «restaurar la plena confianza de los policías en su cadena de mando». Virseda llevaba pocos meses en el cargo y era el tercer policía de mayor rango de los involucrados en el dispositivo del 22M, por detrás del jefe nacional de la UIP, José Miguel Ruiz Igusquiza, y del comisario general de Seguridad Ciudadana, Florentino Villabona. 
Cosidó describió los altercados como un escenario de «guerrilla urbana» con una escalada en el nivel de violencia que hasta este momento no había tenido lugar y a la que no nos habíamos enfrentado. Desveló, además, que tenían información que les hacía prever la presencia de entre 30 y 40 grupos ultra en la protesta. 
Entre los grupos violentos que citó Cosidó se encuentran el Bloque Negro, el Bloque Juvenil Radical, el Bloque de los Pueblos Dignos y el Bloque Marchas Obreras por la Huelga general. De ellos, explicó, «procedían grupos como los Bukaneros» - radicales del Rayo Vallecano -, las Juventudes del SAT, grupos independentistas de diferentes comunidades como los abertzales de Askapena y Arrai, a los que «se unieron grupos procedentes de Madrid como Yesca o la Brigada 13 de Noviembre», entre otros. También destacó la presencia de grupos marginales, como Bandera Negra, antes encuadrado en la extrema derecha».
Estas formaciones muestran una «conexión escasa» entre ellos, según Cosidó, aunque aseguró que en los días previos a la manifestación sus escritos en redes sociales reflejaban un llamamiento de dar un salto en la lucha y perder el miedo a la Policía. Además, «días antes circulaban manuales de hostigamiento» y la tarde del 22M «respondieron una señal previamente concertada» que consistía en comenzar los ataques «cuando terminase de hablar el último orador».
Para demostrar la violencia extrema con la que se emplearon, Cosidó detalló que la Policía fue agredida con adoquines, tapas de alcantarilla, petardos de enorme potencia, elementos voladores y cuchillos para agredir por la espalda. Además, durante su comparecencia mostró un casco y un escudo antidisturbios destrozados, así como un chaleco antitrauma, en el que se apreciaba una puñalada. 
Ante estos hechos, el responsable de la Policía Nacional anunció una reorganización de las unidades de la UIP, así como la compra de material más moderno y seguro por la «vía de urgencia». De este modo, destacó la adquisición de 800 cascos y 300 escudos, 350 chalecos mas resistentes y 800 pares de espinilleras ya que, según afirmó, muchos de los agentes que resultaron heridos presentaban lesiones en las piernas.