Lorenzo Villar acabó décimo en el Mundial de lucha de brazos en Malasia

José Luis Royo
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El luchador de Madrigueras, que tiene en su haber dos títulos de campeón del Mundo, trabaja desde la presidencia de AELB para que el CSD reconozca a esta disciplina como deporte

Lorenzo Villar es uno de los mejores de España en lucha de brazo, el popularmente conocido como pulso, un deporte no reconocido como tal en nuestro país, pero en el que este madriguerense de 35 años ha sido campeón del Mundo en dos ocasiones.

Acaba de llegar de Malasia, donde ha participado en el trigésimo séptimo Campeonato del Mundo de Lucha de Brazos, en el que ha terminado en el décimo puesto en la categoría de 65 kilos con el brazo derecho, todo un logro si tenemos en cuenta que no es un profesional de este deporte.

La selección española contó con 11 competidores, logrando buenos resultados como los logrados por Marco Rodríguez en categoría Máster, en la que fue tercero con el brazo izquierdo y segundo con el derecho o el júnior Víctor Sagra, que terminó tercero.

Villar compitió en categoría sénior, entre 21 y 40 años, donde «el nivel es un poco más alto» -señala-, y terminó décimo. Pero, ¿cómo ha llegado hasta aquí? «Practico este deporte desde 1994, cuando tenía 15 años», cuenta este madriguerense que tiene antecedentes familiares. «En la familia siempre ha sido tradición el pulso», aunque huye de «la imagen de pulsos en los bares porque no es la real, este deporte tiene un reglamento, se practica en mesas oficiales que tienen unas medidas para que haya un poco de seguridad porque practicar este deporte en una barra de un bar o en una mesa que no esté homologada es peligroso ya que puedes sufrir una lesión grave».

Lorenzo Villar tiene un currículum envidiable. Ha sido campeón del Mundo en 1996 y 2001, campeón de Europa en 1997 y 1998, además ha sido dos veces subcampeón del Mundo, tercero también en dos ocasiones, subcampeón de Europa, además de haber ganado el título de campeón de España «14 ó 15 veces, he perdido la cuenta».

Características. La lucha de brazos, como buen deporte, requiere de reglamento y de una preparación para poder practicarlo.  «Es un deporte explosivo, en el que se requiere técnica y fuerza, con un entrenamiento específico para llegar a un nivel alto», explica Villar.

Se divide en categorías por peso, que van de cinco en cinco kilos, también hay categoría infantil para menores de 14 años, femenina y también para discapacitados.

Las grandes potencias mundiales de la lucha de brazos están en Europa del Este. Así, Villar explica que donde es un deporte muy reconocido es en «Rusia, Kazajistán, Georgia, Ucrania, Turquía, donde los gobiernos ayudan  y por ello la mayor parte del medallero se lo llevan esos países, mientras que en España es un hobby».

En este sentido, Lorenzo Villar compara su nivel de entrenamientos con el de sus rivales. «Por mi trabajo puedo entrenar unas tres horas a la semana, mientras que esta gente entrena seis o siete horas al día».

Y es que son prácticamente profesionales y Villar asevera que «en el Mundial el premio por ganar es de 10.000 dólares y eso en un país como Georgia es muchísimo dinero. Se juegan el sueldo de todo un año».

Para llegar a estos niveles hay que llevar a cabo entrenamientos específicos. «El 50% es ejercicio físico, se trabajan los bíceps, antebrazos, la mano y la muñeca sobre todo, pero hay que compaginarlo con horas de mesa y técnica, es como un arte marcial que tiene sus técnicas, es importante la rapidez, la explosividad, no es sólo fuerza».

Llama la atención que esta población de La Manchuela haya tanta afición por el pulso. De hecho, allí tiene su sede el Club La Mancha ahora mismo hay 14 competidores en activo y se han celebrado cuatro campeonatos nacionales, dos copas nacionales y varios regionales.