Proponen reabrir los refugios como centro de difusión del patrimonio local

Maite Martínez Blanco
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Un arquitecto y un diseñador, apasionados de la historia, sugieren esta idea al Ayuntamiento

Un museo bajo tierra, en el corazón de la ciudad, que sirva de ‘refugio’ al patrimonio de Albacete. Algo así es lo que han propuesto el arquitecto Mikel Barriola y el diseñador gráfico José Carlos Molina, para dar contenido al refugio antiaéreo de la plaza del Altozano.

Primero hagamos un poco de historia. Sobre el 37, se excavaron estos pasillos en la céntrica plaza de la ciudad para que dieran protección a los vecinos ante los bombardeos que sufrió la ciudad en la Guerra Civil. Salvó muchas vidas, pero pasada la contienda civil se clausuró y casi se olvidó. Allá por el año 2000, el Ayuntamiento de Albacete decidió limpiar el lugar y adecentarlo para que pudiera ser visitado por personas interesadas. Años más tarde, estos pasillos se convirtieron en Centro de Interpretación y Sensibilización para la Paz, a la vez que albergó una oficina de turismo.

Con la crisis llegaron los recortes y en 2011 los refugios volvieron a echar el cierre. Y cerrados siguen, aunque ahora el alcalde, Javier Cuenca, tiene el mandato del pleno de reabrirlos, a raíz de una propuesta que salió del PSOE y de Ganemos. Ante tal circunstancia, este arquitecto y este diseñador gráfico, amantes los dos del patrimonio arquitectónico de la ciudad, han presentado un proyecto al Ayuntamiento de Albacete para dotar a estos refugios de contenido. Su idea es usar estos pasillos subterráneos para dar a conocer tanto el patrimonio perdido, como los bienes culturales protegidos que mantiene la ciudad y la provincia de Albacete.

láminas y vídeos. Aseguran los promotores de esta iniciativa que el tema daría para hacer varias exposiciones a lo largo del año. Y ofrecen trabajos que tienen realizados, entre otros unas 100 láminas firmadas por Molina sobre edificios desaparecidos, y otros que aún se conservan, que dan una visión artística pero también realista del patrimonio de la ciudad, pues para su realización ha consultado fotografías y planos antiguos. Las recreaciones digitales en vídeo de la historia de importantes edificios o zonas de la ciudad, como la Catedral o la plaza del Altozano en 1930, realizadas por Mikel Barriola también podrían proyectarse en los refugios ayudando a los visitantes a imaginar cómo era el Albacete de entonces.

Estos paneles y vídeos existentes, más otros creados expresamente, junto con la oferta de visitas y paseos guiados por la ciudad constituirían una oferta interesante de cara a los turistas que lleguen a la ciudad. Además, los promotores sugieren que se coloquen códigos QR en las ubicaciones de los edificios desaparecidos para que gracias a las nuevas tecnologías pueda rescatarse la historia de estos inmuebles y también que se utilicen gafas de realidad virtual. «Estudiar el material de los historiadores es complicado, pero las nuevas tecnologías pueden hacer accesible estos contenidos», subraya Barriola.

El arquitecto, que ha hecho llegar esta propuesta a todos los grupos municipales, reflexiona acerca del contenido que tuvo como Museo de la Paz, «está bien hablar sobre Gandhi o Rigoberta Menchú, pero por qué no rescatamos también la trayectoria de Octavio Cuartero, de María Marín o de Dionisio Guardiola, creo que andábamos desenfocados, las exposiciones que se hacían estaban bien montadas, pero adolecían de lo propio y aquí en Albacete tenemos mucho más de lo que la gente se cree».

Estos personajes históricos vinculados a Albacete, la Feria, el Albacete más moderno, el patrimonio de la provincia y la artesanía local son algunos de los temas que sugieren para llenar de contenido este singular museo subterráneo.