De estar casi desahuciado, el Albacete Balompié se encuentra ahora a un paso de conseguir la permanencia. Un giro de 180 grados que ha puesto a un equipo que era colista tras acumular siete derrotas consecutivas a estar tres puestos por encima del descenso y con ocho puntos de colchón.
Por lo mal que se pasó hace unos meses, en el vestuario del equipo se respira una tranquilidad que no se quiere convertir en relajación y se tiene claro, como bien apuntó ayer Javi Paredes, que «firmábamos estar en esta situación hace tiempo y muchos equipos cambiarían con nosotros, pero un resultado negativo en Pamplona y otro en casa y las cosas volverían a complicarse. Dependemos de nosotros y el equipo ofrece cosas para sacar resultados, pero yo me agarro a las matemáticas y hasta que digan lo contrario pensaré en la dificultad que esto tiene».
Paredes es uno de los jugadores con más experiencia en la plantilla del Albacete y por ello se ríe cuando le preguntan si la temporada ha sido corta y se podría haber luchado por mayores objetivos. «Si consigo la salvación, que la temporada acabe lo antes posible. Las temporadas son las que son y esto debe servir para que esta gente que ha debutado en Segunda vea cual es la línea a seguir y el año que viene pensar en un objetivo mayor, pero sin lanzar las campanas al vuelo. No quiero caer en el error de pensar que esto ya está hecho y vernos al final con el agua al cuello».
OSASUNA. Cuestionado por el rival y su complicada situación, Paredes argumentó que «cuando bajan a Segunda históricos de Primera, tienen la exigencia del ascenso, sin tener a lo mejor una base futbolística firme, o de estabilidad, de paz social, influye mucho. El objetivo a principio de temporada era el ascenso, pero tuvo una limitación de fichas con 18, los problemas económicos, bajas importantes de larga duración, los africanos que se fueron a la Copa África, y nada de paz institucional y todo eso el jugador lo nota porque no puede centrarse en su trabajo. Los resultados no se ligan y te encuentras luchando por algo para lo que, a lo mejor, no estabas preparado, ni mental ni futbolísticamente».
El Alba pasó esta mala racha, pero con tiempo para reaccionar. Ahora la competición se acaba y no hay margen. «Cuando los malos resultados llegan a principio de temporada tienes mucho tiempo para cambiar. Aquí el club apostó por las personas que estaban, confió en la manera en la que se estaba trabajando y al final llegaron los resultados. Cuando esta racha te viene al final te ves en posiciones que no quieres y es más complicado porque la cabeza pesa. Ellos estarán preocupados y verán este partido como clave, porque ganándonos se enganchan y si puntuamos habrá una jornada menos, con menos puntos en disputa y muchos problemas para salvar la categoría».
Para terminar, Paredes explicó que espera un partido muy físico en El Sadar. «Ves el equipo, con gente de 1,80 para arriba y cuando las cosas no vienen bien, tratas de cerrarte, defender bien, imponer tu físico. Nosotros tendremos que intentar nuestro juego, como el manejo del balón, que es una de las señas de identidad de este equipo».