La falta de lluvia y las altas temperaturas alcanzadas durante la floración de la aceituna (en torno al mes de mayo) han hundido las previsiones de la recién iniciada recolección. Tal y como apunta el responsable del sector de Cooperativas Agroalimentarias, Gregorio Gómez, «la campaña ya a ser muy corta». En concreto, la producción rondará las 40.000 toneladas de aceite en Castilla-La Mancha, un 74% menos que en 2013 y muy lejos también de las 90.000 toneladas de una campaña media.

Aunque los daños causados en el olivar por la sequía no serán irreparables -las últimas lluvias auguran una recuperación de cara a la próxima campaña, según Gómez- sí afectarán y mucho al bolsillo del agricultor, aunque aún es difícil cuantificar las pérdidas. De momento, no se esperan alzas en los precios del aceite, dado que la campaña mundial no parece que presente grandes caídas con respecto a ejercicios anteriores.

Con respecto a Andalucía (primer productor nacional de aceite) también se sufre un importante retroceso en Castilla-La Mancha. Yes que, si bien los olivares andaluces han notado los efectos de las altas temperaturas, «ellos tienen mucho regadío», lo que ha paliado sensiblemente la pérdida de fruto. Según las previsiones que maneja la Junta de Andalucía, la producción estimada de aceite en la comunidad vecina será un 42% menor que la media de las últimas cinco campañas, rondando las 643.000 toneladas.

La brevedad de este campaña también se notará en las contrataciones, apunta Gómez, que se reducirán sensiblemente.

A día de hoy, la recogida ya ha comenzado para variedad alberchina y «comenzará muy pronto para la picual», de la que hay «muy poco» y está «muy adelantada», informan las Cooperativas.

En cuanto a las previsiones globales, desde Asaja se estima que la campaña estatal de aceite de oliva rondarán las 750.000 toneladas. Según advierte la patronal agraria, la producción va a ser muy inferior a la de la campaña anterior en todas las zonas productoras salvo en Cataluña.