Muchas son las tradiciones y costumbres que nos acerca la Navidad, entre ellas, el regalo de lotes y cestas navideñas que empresas y autónomos regalan a sus trabajadores y a sus mejores clientes. Pero como en botica, este rito también está sufriendo sus cambios y evoluciones, en función de cómo se encuentre el mercado laboral. Tanto es así, que aquellos lotes y cestas que los empresarios regalaban a sus plantillas han pasado a la historia, por salvaguardar las pagas extraordinarias se abonan en diciembre.

Hace años, las grandes cadenas especializadas en este tipo de obsequios, como El Corte Inglés, elaboraban cinco o seis modelos de varios precios para ajustarse a las preferencias del empresario, que entonces encargaba entre 50 y 100 cestas de Navidad.

Hoy, la crisis, el cierre de muchas pequeñas y medianas empresas y la situación económica de las que resisten, han modificado la cantidad y calidad de estos regalos, de modo que ahora se hacen menos encargos, pero los que se formalizan son más especiales y personalizados, prácticamente a la carta. Aunque la tradicional cesta de Navidad compuesta por turrones, frutas en almíbar, sidras y embutidos todavía resiste, el auge de la coctelería también ha llegado a este sector que, consciente de los nuevos gustos de sus clientes, acaba de estrenar baúles y cajas con los ingredientes necesarios para servir un buen gin-tonic.

El supermercado de El Corte Inglés y su Rincón del Gourmet son un buen ejemplo de estas nuevas tendencias en las cestas de Navidad:cuatro lotes prefabricados relacionados con la coctelería, en los que se incluyen las tónicas, un par de botellas de ginebra y vodka, la típica cuchara con el mango en espiral que protege la fina burbuja de la tónica, un pequeño vaso de medida del alcohol y los botánicos más imprescindibles: cardamomo, enebro, pimienta rosa y pétalos de rosa.

Así lo corrobora el responsable de relaciones externas de El Corte Inglés, Víctor Hernández, quien en síntesis asegura que, en los últimos años, los clientes de este tipo de productos ya están pidiendo «cosas concretas» y se están alejando del tradicional lote que, hasta que estalló la crisis, se vendió por centenares, especialmente a pequeñas y medianas empresas. «Este producto es el que más ha bajado, aunque el año pasado se recuperó un poco y esperamos que en esta nueva campaña vaya a más».

Selecciones de caldos. Todo lo contrario le ha pasado a una alternativa que cada vez va adquiriendo mayor interés: la caja de cuatro o cinco vinos españoles con denominación de origen, que reúne riberas, riojas, ruedas, manchegos o jumillas, en función de las preferencias de los compradores. «El regalo de Navidad a la carta va adquiriendo cada vez más importancia», matiza Hernández.

Y aunque el lote o la pequeña caja de cartón, mucho más económica, haya ido en caída, los obsequios de alto standing, esos que hacen determinados clientes a los que no les importa el precio, aunque pocos, se mantienen en la brecha. Gracias a estos salen botellas de champagne muy especiales que pueden alcanzar los 400 ó 500 euros, desde un Dom Perignon a un Moêt & Chandon.

Algo parecido ocurre con las casas de jamones, pues hay empresarios y clientes de El Corte Inglés que se inclinan por enviar a sus clientes más especiales un jamón ibérico de bellota 5 Jotas o un Joselito, embalados en cajas con mucho diseño. «Tenemos empresas locales que hacen la compra aquí para enviarla a sus clientes del resto de España», agrega el responsable de relaciones externas de El Corte Inglés.

Para encajar en los precios medios y siempre intentando ser competitivos y originales, otra novedad que este año va cobrando más fuerza en el mercado de las cestas de Navidad es escoger productos de menor calidad pero presentarlos en un baúl que, posteriormente, se puede utilizar. En este caso, «el valor añadido» no son tanto los productos del interior sino el envase que es escoge. No obstante, la variedad y el abanico de precios que ofrecen estos grandes almacenes es tal que un cliente puede regalar cestas o lotes de Navidad desde 19 euros hasta los 1.500. Así, el más barato contiene una pieza de chorizo ibérico, un cava brut y dos botellas de vino, varios estuches de turrón, mantecados, galletas y cacahuetes fritos, así como tres latas de conserva.

Para ser original, con 57 euros bastaría. Con el título De copas por España, una caja decorada contiene cinco botellas de vino de crianza y Toro y otra de cava, acompañadas por seis bonitas copas de vino. Un poco más elevado, 79 euros, es el precio de una maleta quesera que, además de un queso de oveja de 900 gramos, incluye una botella de cava y otra de tinto, además de un envase de pasas y un frasco de miel. Lo inusual es que el contenedor es una maleta de picnic con todos los accesorios necesarios para salir a comer al campo.

La coctelería abre muchas posibilidades para sorprender al remitente del obsequio navideño: desde 79 euros se puede adquirir un set de cóctel compuesto por una botella de ron, otra de ginebra, cuatro tónicas Fever Tree, dos estuches de botánicas y un maletín de coctelería.

Con todo y con esto, la reina del festín tiene nombre y apellidos: Baúl Étnico, un regalazo de 1.490 euros con 53 productos, desde el jamón Cinco jotas a todo tipo de embutidos ibéricos, mousses de foie gras, champagnes, vinos con denominación de origen, licores, turrones y conservas, acompañado todo por un libro de cocktails y drink de Javier de las Muelas, un set de cuchillo y afilador y un baúl decorado.

Todo esto pasa desapercibido para aquellos asiduos a estos regalos que, por hacer honor a la patria, prefieren enviar a sus clientes y amigos productos de la tierra. Así, El Corte Inglés tiene elaboradas unas cajas integradas por vino, queso, perdiz en escabeche, turrones Manuel Picó, aceites y, si el cliente lo pide, le añaden azafrán y miel.

También este año se  podrá regalar un lote especial de cervezas artesanales e, incluso, un kit para elaboración propia que contiene todos los ingredientes necesarios para hacerse su propia cerveza.