Asprona de Villarrobledo vivió un día de gran fiesta con la XXXIII Gran Marcha

TERESA JIMÉNEZ
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Un momento de la celebración de la misa en la parroquia de San Sebastián, antes de la marcha. - Foto: TERESA JIMÉNEZ

Asprona celebró ayer su trigésimo tercera Gran Marcha con el cariño y la compañía de decenas de vecinos de la localidad.  La Gran Marcha de Asprona coincidió con la despedida de una de las trabajadoras más veteranas  de la asociación, Adoración Jiménez.

Trabajadores, usuarios y familias despidieron con pancartas y un ramo de flores a Dori Jiménez que, -con el resto de miembros de la familia de Asprona-, partieron desde la iglesia parroquial de San Sebastián hacia la Plaza Ramón y Cajal.

Antes de la Gran Marcha se celebró una misa oficiada por el párroco Santiago Bermejo, en la que estuvieron presentes los representantes del equipo de gobierno y el alcalde de la ciudad, Valentín Bueno Vargas,  así como varios representantes de la directiva de Asprona de la provincia.   

El recorrido se realizó por las calles del casco urbano finalizando en la plaza vieja. Allí, familiares, voluntarios y trabajadores esperaban la llegada de los participantes en un ambiente festivo y de convicencia.

La asociación celebró asimismo su tradicional tómbola sorteando los regalos de las papeletas que se repartieron a los colegios y que también se vendieron desde el centro de Educación Especial Infanta Elena antes de la Gran Marcha,  al objeto de recaudar fondos para continuar el proyecto de una entidad de auto ayuda que da un servicio diario a más de un centenar de personas con discapacidad intelectual y a sus familias de Villarrobledo  y de otras poblaciones de la comarca. Asprona  atiende a niños con discapacidad intelectual desde los primeros años de su vida. El cariño, la cercanía y el respeto son las señas de  identidad de una de las asociaciones más queridas por los vecinos.