La Unidad de Ictus del CHUA estrena dependencias con un aumento de camas

TERESA ROLDÁN
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Más espacio, gracias a la unificación de varias habitaciones, y un control permanente de los profesionales de Enfermería hacen que la atención a los pacientes con infarto cerebral haya mejorado desde hace apenas dos semanas

Con un diseño similar a la infraestructura de la Unidad de Cuidados Intensivos de los centros hospitalarios, la ampliación y reforma de la Unidad de Ictus ya ha comenzado a funcionar. A través de una gran sala moderna y diáfana, dotada con la última tecnología y ubicada en la planta quinta del Hospital General Universitario -en el ala dedicada a Neurología-, está Unidad está controlada por el personal de Enfermería, que es el que lleva el peso y toda la supervisión de los pacientes monitorizados las 24 horas del día.

Esta reforma, junto con la implantación desde principios de año de los procedimientos neurointervencionistas para la atención de los casos de ictus, ha supuesto el espaldarazo definitivo de las autoridades sanitarias del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha a la atención de los pacientes que sufren una enfermedad cerebrovascular. En particular, el jefe del Servicio de Neurología del Área Integrada de Albacete, el doctor Tomás Segura, junto con el también neurólogo y coordinador de esta Unidad, el doctor Oscar Ayo, destacaron la apuesta y apoyo recibido tanto de la dirección gerencia del CHUA, con Antonio Naharro y Francisco Javier Vadillo, al frente, como de los servicios centrales del Sescam-.

De esta forma, el Complejo Hospitalario Universitario de Albacete «puede presumir, por ser la última que se ha puesto en marcha, de la más moderna Unidad de Ictus del país, donde hoy por hoy se aplican todas las técnicas existentes para el tratamiento de los aneurismas y los trombos en fase aguda».

La Unidad de Ictus se creó en 2009 y con la reforma practicada ha pasado de tener cuatro a seis camas, así como con una infraestructura más moderna y acorde a las necesidades actuales y al volumen de pacientes con ictus que ve anualmente el CHUA.

<b>FORMACIÓN.</b> También los profesionales de Enfermería que trabajan en este recurso han aumentado y actualizado su formación. De hecho, recientemente se celebró una jornada donde tuvieron oportunidad de familiarizarse con los nuevos protocolos de atención de enfermería a los pacientes de ictus, donde no sólo se insistió en los tratamientos agudos, tanto trombolíticos como intervencionistas, sino en la vigilancia especial que requieren estos pacientes, sobre todo, de los profesionales de Enfermería, a nivel de tensión arterial, saturación de oxígeno, glucemia, etc..., «constantes que de estar controladas adecuadamente, con una vigilancia estrecha cada cuatro horas en lugar de cada ocho, hacen que mejore el pronóstico de los afectados de ictus». Algo que también quedará reflejado en el Plan Regional de Ictus, que se presentará en las próximas semanas, y que vendrá a otorgar al Área Integrada de Albacete la mitad de los cuidados de los pacientes con enfermedad cerebrovascular de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha.

En torno a 300 pacientes con ictus han precisado de ingreso hospitalario en lo que llevamos de año en el Hospital General Universitario de Albacete, aunque la cifra de los que fueron atendidos por esta patología en Urgencias fue mayor, unos 500.

Todo ello, además, con una plantilla de neurólogos compuesta por 11 profesionales, menos de la mitad de los que tienen en Ciudad Real, aunque este problema, como apuntó el doctor Segura, se resolverá el próximo mes, según el compromiso de la Gerencia.

Sobre los tiempos de respuesta en la atención del ictus, el doctor Segura destacó que «el CHUA está dentro de los márgenes óptimos que recomiendan las sociedades científicas, es decir, que desde que el paciente llega a la puerta de Urgencias hasta que se le da el tratamiento trombolítico pasa menos de una hora; la respuesta desde que el paciente sufre el problema hasta que llega al hospital es algo que depende mucho del afectado, de lo que tarde en avisar al 112 o acceder al centro». Eso sí, una vez en manos de los neurólogos en función de la técnica que se emplee el tiempo de atención oscilará entre las cuatro y ocho horas.