Declaran culpable al acusado del asesinato de El Quiñón

J.M.
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El tribunal apela a las contradicciones del acusado y considera que tuvo tiempo suficiente para cometer el crimen en una vivienda de este barrio de Seseña el 27 de enero de 2017

Las deliberaciones del Tribunal del Jurado fueron breves. Apenas dos horas de reunión bastaron para alcanzar una unanimidad en el veredicto, desfavorable para el acusado, Luis Carlos B. G. Así, los nueve integrantes apoyaron la propuesta de la Fiscalía Provincial y resolvieron ayer declarar culpable a este hombre de nacionalidad colombiana por el asesinato de su pareja en el domicilio que compartían en la urbanización de El Quiñón en Seseña (Toledo). Las pruebas presentadas durante los cuatro días de juicio convencieron al jurado, que respaldaron así la propuesta de 25 años de prisión por asesinato. El fallo detallaba que la declaración del procesado resultaba «poco creíble y contradictoria» y añadía que «preparó la coartada».

El portavoz del jurado leyó ayer en la Audiencia Provincial y pasadas las seis de la tarde el veredicto inculpatorio por la muerte de J. D. L. M. el 27 de enero de 2017. El acusado agachó la cabeza en el momento de conocer la decisión del tribunal, que hizo hincapié en las contradicciones manifestadas en el proceso por Luis Carlos.

En este sentido, el jurado consideró que el hombre dispuso de los minutos necesarios para cometer el asesinato entre las 23:50:24 horas y las 23:55:15 horas, tiempo en el que no envió ningún mensaje a la víctima. Luis Carlos había llegado hacia las 23:42 horas al edificio de El Quiñón, según consta en las grabaciones del equipo de vigilancia que había instalado la comunidad de vecinos recientemente, y empezó tres minutos después a enviar una secuencia de 99 mensajes en apenas media hora supuestamente porque la mujer no le abría la puerta de la vivienda. «Es tiempo suficiente para provocar la muerte», indicó el portavoz del tribunal en la lectura sobre esos cinco minutos de silencio.

El forense había declarado durante el juicio que el crimen fue cometido en un intervalo de tiempo de apenas dos, tres o cuatro minutos con una extraordinaria violencia -la mujer fue golpeada en la cabeza contra la pared y estrangulada con un cinturón, e incluso sufrió una rotura de cuello-. «Ella no se pudo defender», mencionó el jurado, que se refirió también a la colilla encontrada bajo el cadáver como otro de los puntos que decantaron el veredicto. El cigarro, que no estaba aplastado, contenía ADN del procesado. Y además la víctima se caracterizaba por limpiar la casa cuando consumía droga. «La colilla se tiró en ese momento», sostuvieron los nueve integrantes del tribunal.

El jurado apeló en el veredicto a la lógica sobre la secuencia de los hechos y subrayó que «no tiene sentido» que el acusado se marchara a un club después de que no hubiera obtenido una respuesta de la mujer ante la insistencia de las llamadas, sino que lo más común hubiera sido alertar a un tercero o solicitar la intervención de un cerrajero. Al respecto, el hombre regresó al domicilio a las nueve de la mañana supuestamente muy alarmado por el silencio de J. D. L. M.

El jurado tuvo en cuenta también la disposición de Luis Carlos de manipular el cadáver de la mujer cuando accedió a la vivienda al día siguiente de los hechos mediante la casa contigua de una vecina. Así, el hombre tardó unos minutos en abrir a la mujer y le pidió ayuda a ella para mover el cuerpo y dejarlo en la cama.

El veredicto del jurado ratificó la propuesta de la Fiscalía de 25 años de prisión por el delito de asesinato y una indemnización de 100.000 euros para el hijo de la asesinada, quien tenía 14 años el día que sucedieron los hechos. Asimismo, menciona que no procede una suspensión de la pena ni una solicitud de indulto.