Los Invasores 'tomaron' el Recinto

M.D.M.
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Tras el parón por Feria, los cerca de 80 puestos de alimentación que forman parte del tradicional mercadillo de los martes volvieron a su lugar de origen entre opiniones variadas

El tradicional mercadillo de Los Invasores volvía ayer, como cada martes después del parón por Feria, a la ciudad. Y los cerca de 80 puestos que conforman los expositores de venta de productos de alimentación regresaban a su lugar original, en el interior del Recinto Ferial, tras varios meses antes de las ‘vacaciones’ ubicados en el Paseo de la Feria, por las obras de acondicionamiento y rehabilitación del Recinto.

A las 11 de la mañana, tramos como el que hay entre las puertas R-3 y R-5 del Recinto Ferial resultaba difícil recorrerlos, entre carros de la compra, decenas de puestos y cientos de compradores en busca de la mejor oferta. La imagen de los accesos bien podría ser la de un día concurrido de Feria, pero dentro no sonaba la música ni los vecinos estaban tomando el aperitivo. Las voces que se oían eran las de las mejores ofertas en fruta, verdura, conservas o pescado, y el ir y venir de gente era de compradores.

Entre los viandantes, aunque la mayoría eran reacios a hablar al micrófono y salir en la fotografía, el comentario generalizado era que «en el Paseo de la Feria estaban mejor, podíamos comprar más anchos, sin problemas de espacio, que aquí nos vamos chocando unos con otros y no se puede caminar», como lo apuntaba María, una vecina de edad ya más avanzada que trataba de sortear su carro de la compra para poder hacerse con la mejor fruta.

Desde el Ayuntamiento de Albacete rechazaron valorar qué exigencias han hecho -si las han hecho- a los comerciantes, de cara a conservar el Recinto Ferial, tras las obras de mejora y rehabilitación, para que no sufra desperfectos.

Algunos comerciantes sí apuntaron, en declaraciones a este diario, que «hay camiones que ya no pueden pasar, por si rozan las entradas o salidas» o que «hay que llevar mucho cuidado con las casetas, que ahora están abiertas y antes estaban cerradas y no podemos meter muchas cosas dentro porque se daña el suelo y las paredes», como lo explicaba Antonio Pérez, responsable en uno de los puestos de fruta en el Recinto Feria. 

 

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