Se han colado hasta en la catequesis y lo han hecho con el empeño de concienciar sobre el mal uso de la red. Son los cibercooperantes, un ejército de más de 500 voluntarios salpicados por toda España, que ofrecen su tiempo para hacer llegar a niños y maestros, a padres y cualquier interesado, sus consejos para que la red de redes no termine siendo fuente de problemas.

El Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) creó este programa en el 2016 y ha conseguido reclutar a más de 500 personas dispuestas a ofrecer allá donde se les pida una charla con recomendaciones básicas para evitar el ciberbulling o preservar nuestra privacidad. En Albacete, dice el Incibe, escasean estos voluntarios, de ahí que animen a personas susceptibles de involucrarse a dar el paso. Hasta la fecha lo han hecho 13 personas, un número bajo. «Solo en Madrid tenemos 140», comparan desde Incibe.

«No tienen por qué ser ingenieros o telecos, entre los cibercooperantes hay también periodistas, abogados e incluso estudiantes», explica Ángela García, coordinadora del programa. Se les exige, eso sí, ser mayor de edad y acreditar conocimientos suficientes para resolver las dudas sobre ciberseguridad que puedan plantearse y, ante todo, tener un alto grado de sensibilidad hacia estos temas. Los cibercooperantes hacen su trabajo de manera altruista, «hay gente que incluso se pide días de vacaciones para dar charlas», dice agradecida la coordinadora.