Érase una vez un patio...

Maite Martínez Blanco
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Las paredes del colegio Cristóbal Valera cambiaron el gris del cemento por un colorido mural que refleja la personalidad del centro

Érase una vez un patio duro y gris, flanqueado por altas medianeras de cemento, que un día amaneció lleno de color. Los cerca de 500 alumnos del colegio Cristóbal Valera que a diario juegan en este inmenso recinto, han dejado de correr entre tristes paredes. Ahora lo hacen con la vista puesta en un inmenso y colorido mural que hace más amable el lugar.

Hace tiempo que la idea rondaba en la Asociación de Padres y Madres de Alumnos (Ampa) de La Veleta. «El patio era muy soso y estaba muy feo, teníamos que hacer algo», dice Nuria Gómez, presidenta del Ampa hasta fechas recientes. Ese algo no podía ser cualquier cosa. Tenía que ser original y fue así como contactaron con Cristina Caulín Martínez, licenciada en Bellas Artes y máster en Ilustración. Le contaron que La Veleta -como se conoce popularmente al Cristóbal Valera- era un cole donde el francés estaba muy presente, es bilingüe en este idioma; y donde la música se cuela por todas partes, no en vano está flanqueado por los dos conservatorios de la ciudad e incluso cede sus aulas para estas enseñanzas.