El pintor albacetense Eduardo Monteagudo suma dos nuevos galardones a su trayectoria artística, reconocimiento que confirma una etapa plena de madurez creativa. Si hace dos semanas lograba el primer premio del Certamen Estatal de Pintura al Aire Libre de la localidad vizcaína de Ortuella, el pasado domingo  hacía lo propio en el Concurso de Pintura al Aire Libre de Muriedas, capital del municipio cántabro de Camargo.

En ambos certámenes Monteagudo utilizó el acrílico, una técnica al agua que se presta bien para pintar rápido y que seca en poco tiempo, «lo que es una ventaja a la hora de manipular la obra y presentarla a concursos de estas características», según él mismo comentaba a La Tribuna.

El artista de Fuentealbilla destaca que estas experiencias «son importantes para ganar práctica y soltura, porque resuelves un tema en muy breve espacio de tiempo, lo cual es todo un reto, al tener que adaptarte a las condiciones meteorológicas del lugar... podría decirse que incluso te pone a prueba desde el punto de vista físico».

Monteagudo reconoce que además los concursos le permiten una mayor difusión de su obra. «Durante los últimos años me había distanciado bastante del tema realista en la pintura, trabajaba básicamente abstracto y, después de haber expuesto mucho en Estados Unidos, me faltaba ponerme más en relación con mi entorno y otros artistas que se muevan en el mismo campo creativo».

 Habitual en los circuitos norteamericanos (su obra se ha expuesto en Filadelfia, Atlanta, Boston o Florida, entre otros lugares del mundo), adelanta que ahora mismo participa de forma destacada en una colectiva en la Galería Miller de Cincinnati y al final del verano visitará EEUUcon su familia para atender diversos algunos compromisos.

Añade que «todas las cuestiones relacionadas con la trayectoria artística de uno debes considerarlas en un plazo de tiempo dilatado, porque los éxitos rápidos no llevan a grandes sitios y sólo certifican que seas olvidado también rápidamente; por ello mi intención es construir mi carrera paso a paso, con paciencia y de una manera sólida y perdurable».

Finalmente, desde el punto de vista estilístico reiteraba que compagina su faceta más impresionista o colorista con el expresionismo abstracto, «que es donde yo más me identifico, porque, aunque yo me he formado inicialmente como artista en el realismo, donde mejor me expreso y entregó más de mí mismo, de mi espíritu y carácter, es con el abstracto, quizás pueda considerarse controvertido compartir estas dos facetas, pero me siento cómodo en ambas», concluye.