El calor de una conversación

ANA MARTÍNEZ
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Casi una decena de personas sin hogar que duermen en la calle reciben cada noche la visita de voluntarios que, además de un café y un bocadillo, se interesan por su bienestar

Su intención no es otra que lograr que las personas que viven en la calle, que carecen de recursos y no mantienen lazos familiares, reciban el apoyo emocional que cualquier ser humano necesita, algo de material básico y alimento, desde un bocadillo a un café o una taza de caldo caliente y un dulce.Cada tarde-noche, voluntarios de Cáritas Diocesana, Cruz Roja e Iglesia Evangélica visitan a los sin techo, personas necesitadas de un poco de compañía que no cuentan con un sencillo tejado para refugiarse, ni tan siquiera en estos días tan fríos de invierno. Los transeúntes reciben la información necesaria sobre los recursos públicos y privados que se reparten en la ciudad para darles cobijo temporal, especialmente a los sin techo que pasan una sola noche en Albacete. «La mayoría conoce estos recursos, pero a la gente que atendemos nueva siempre se los explicamos», explica María Guillén, responsable del programa de voluntariado de Cáritas Diocesana de Albacete.