Un hogar para los Sin Techo

TERESA ROLDÁN
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C0n un 'flashmob', Cáritas Diocesana quiso visibilizar ante la sociedad esta «injusticia»

Si todos juntos, desde la Administración a los medios de comunicación, pasando por organizaciones sociales y ciudadanía, lográramos un compromiso común es posible que todas las personas tuvieran un hogar. Este es el objetivo de los mensajes y actividades programadas para el Día de las Personas Sin Hogar 2015, que se celebra el 29 de noviembre bajo el lema Porque es posible. Nadie Sin Hogar. Que todas las personas tengan un hogar es un compromiso común, y que Cáritas Diocesana adelantó al día de ayer, con un flashmob en la Plaza de la Constitución, con el objetivo de reivindicar los derechos de las personas que viven en la calle.

Con caretas blancas y carteles de protesta, un grupo de personas se concentró para pedir que nadie duerma en la calle, que nadie viva en alojamientos de emergencia por un período superior al necesario, que nadie resida en alojamientos temporales más de lo estrictamente necesario, que nadie abandone una institución sin alternativa de alojamiento, y en demanda de una vivienda digna, de  un sistema de salud equitativo y dignidad para las personas con independencia de cual sea su situación económica.

Durante el pasado año, Cáritas Diocesana de Albacete atendió a 304 personas en toda la provincia, con el desarrollo de acciones encaminadas a cubrir las necesidades básicas de las personas sin hogar (alojamiento, alimentación, salud e higiene) y facilitar su recuperación personal.

ayuda. El secretario general de Cáritas Diocesana, José Manuel Lara, aseguró que «es necesario visibilizar la tremenda injusticia que viven las personas sin hogar, porque muchas son personas que por circunstancias de la vida no sólo se quedan sin vivienda y sin ingresos económicos y terminan en la calle, sino que caen en una soledad tremenda que les lleva a situaciones infrahumanas».

Precisamente, para ayudarles a levantarse cuando el resto de apoyos les ha fallado a los Sin Techo está Cáritas Diocesana, como recordó Lara, que insistió en que «no es cuestión de beneficencia, sino de justicia».

De ello dio fe un Sin Techo, Francisco Javier Hernández, que comentó que desde hace más de dos años vive en el Albergue municipal y «gracias a Cáritas, que me ha ayudado mucho, ya estoy casi recuperado». Su testimonio es el de tantos vecinos y vecinas españoles a los que la pérdida de empleo les ha hecho caer en una mala dinámica. «Tras quedarme sin empleo, mi vida cambió y me dedicaba a ir de bar en bar, llegando tarde por la noche y levantándome a las tantas, hasta que mi madre se hartó y me echó de casa», señaló Hernández, que precisó que afortunadamente no ha tenido que mendigar, aunque confía en volver a normalizar su vida, aunque sigue sin empleo, y regresar a su hogar.