Broche musical y temático

A. Díaz
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La ciudad de Chinchilla despidió la vigésima edición del Festival de Teatro Clásico con la actuación del Grupode Cámara de la Orquesta Sinfónica de Albacete, que ofreció sus 'Tesoros del Barroco' y con un Mercado árabe

La ciudad de Chinchilla vivió un intenso fin de semana con el colofón musical al Festival de Teatro Clásico, a cargo del la sección de Cámara de la Orquesta Sinfónica de Albacete, con numerosos invitados, y el Mercado temático, en esta ocasión árabe, en la Plaza de la Mancha, Obra Pía y Plaza de España, con un amplio horario.

El Claustro de Santo Domingo acogió el espléndido concierto  titulado Tesoros del Barroco, con  Pablo Suárez, como concertino y director y grandes solistas que utilizaron para la ejecución musical instrumentos de época, como violas, tiorbas o clave. La selección de obras, muy acertada y del agrado del público, con La Música acuática, de Haendel, El concierto de Brandenburgo número 2, de Bach y chaconas de Lully, todo un éxito  en un marco ideal.

A la belleza de la música barroca se sumó el Mercado árabe. En este sentido, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Chinchilla, Miguel Ángel Sánchez Navalón, confirmó que ya el año pasado la ambientación fue goyesca y éste árabe, «aunque el lugar y la estructura es la misma, la novedad reside en esa ambientación y, como el Mercado de Albacete también es medieval y tampoco hay una distancia excesiva, para que no se repitiera y que fuese algo distinto y atractivo para los vecinos y visitantes, se cambió».

El Mercado, dijo «se dividió en tres partes fundamentales. En principio alimentación y restauración, con unas 10 paradas con taberna alemana, jaima de té, dulces árabes, pinchos morunos, quesos, patés o magdalenas».

En un segundo bloque, artesanía, con 30 paradas y un amplio abanico de productos artesanales, flores, inciensos, productos cosméticos naturales, cerámica árabe, mosaicos, ambientadores naturales, velas, caligrafía, jabones o juguetes, perfumes, etc.

No faltó un tercer bloque, para animación en sí, dijo el concejal de Cultura, «con música árabe, danza oriental o faquires, como ejemplos y programa de actividades a lo largo de estos tres días».

Lo más importante, subrayó Miguel Ángel Sánchez Navalón, «era buscar algo que a la gente le resulte atractivo, porque si todos los años ofreces lo mismo, llega un momento en el que te cansas, es una rutina. Ahora bien, si mantienes la estructura de este tipo de mercados y cambias la ambientación, en este caso a través del mundo árabe, de esa manera resulta más llamativo para todos».