Pasar por el Rastro, una cita de domingo

I.M.
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Una treintena de vendedores dan vida, semana tras semana, a una de las más emblemáticas plazas de la capital, la de La Mancha, con su mercadillo de ocasión

Aspecto del rastro de la Plaza Mayor una mañana de domingo cualquiera, repleto de vendedores y público. - Foto: ESPARCIA

Todos los domingos del año, salvo el que coincide con la celebación del mercado medieval, convierten en un foco cultural e incluso de atracción turística una de las plazas más emblemáticas de la ciudad, la de la Mancha, a la vez que la dan vida, mostrando todo tipo de productos desde libros de ocasión y usados y cómics hasta sellos o monedas pasando por muebles, llaves, lámparas, máquinas de escribir, radios, sillas, mecedoras, relojes de bolsillo o de pared, almiredes, braseros y candelabros  de bronce o de latón, cerámicas, uniformes militares de segunda mano e indumentaria muliépoca y juguetes como alguna que otra  máquina de tren o  vagon que hizo de las delicias de más hace unas décadas atrás.

No son unos productos cualquiera como tampoco es un mercadillo cualquiera sino  que es el rastro albacetense, la cita obligada de los amantes de lo antiguo, de los productos de segunda mano, y de ocasión, de los coleccionistas y de todos aquellos que la mañana dominical quieren acercarse, desde las ocho de la mañana hasta las 14 horas,  hasta estos puestos en donde, en definitiva,  uno puede encontrar lo que va buscando pero también otros artículos a veces, incluso, de lo más inesperados  o raros, como un calentador de agua que se introducía en las pilas pues es como un cubo en cuyo interior  se prendía el fuego.

 No obstante, aunque hoy por  hoy se asocie el rastro con su ubicación actual,  por ser aquí y en los soportales cubiertos del colegio Villacerrada que da esta ubicacion, en donde los anticuarios albacetenses hacen su mercadillo desde hace casi ya unos 20 años, lo cierto es que esto no deja de ser un capítulo más en una historia más larga, una que arrancó en el Pasaje de Lodares para continuar en la plaza de Villacerrada y en la del mercado de  Fátima, en la cual, como es conocido, sólo estuvieron un par de años en coincidencia con las obras que se hicieron en la de la Mancha y que  igualmente se hizo acompañar de toda una serie de actividades culturales  organizadas desde el Consistorio con un resultado, no obstante, no muy favorable para los vendedores, según  recuerda Bernabé Sánchez Rodríguez, presidente de la Asociación de Vendedores Autorizados Rastro Plaza Mayor,  simplemente porque la gente lo que quiere es la comodidad que le da el centro de la ciudad, a donde volvieron en enero del 2010.

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