«Las empresas agrícolas deben asumir que la innovación es una importante carta de presentación en los mercados»

M. Chaves / Ciudad Real
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«El Ivicam es un centro de referencia y está llamado a liderar la I+D en viticultura y enología»

Hace poco que ha asumido la dirección del Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal (Iriaf), ¿qué objetivos se marca en el cargo?

El primer objetivo, y fundamental, es montar la estructura del Iriaf porque en su ley de creación lo único que se reglamento era qué es, pero para empezar a trabajar hay que desarrollar la estructura. El Iriaf cuenta con cinco centros de investigación, cada uno especializado en un campo de la agricultura, la alimentación y la ganadería, y hay que unirlos para que con un mismo centro tengamos una estructura sólida de investigación global. Hay que echar a andar, porque del Iriaf solamente existía el nombre y la ley de creación. Una vez que el centro esté montado, algo que lograremos a medio plazo, el paso siguiente será crear unas líneas de investigación regionales en agricultura, ganadería y alimentación. Debemos trabar en los campos que de verdad importan a Castilla-La Mancha.

El centro se creó sin presupuestos, ¿ha cambiado ya esta situación?

Se ha estado trabajando desde julio en la elaboración de los presupuestos dentro de las poca posibilidades de expansión que existen, ya que la región tiene que cumplir con el déficit. Se ha logrado llegar a un acuerdo con la Dirección General de Presupuestos para que en el ejercicio 2016, si se cumple nuestro proyecto, logremos contar con el presupuesto mínimo para empezar.

¿Qué se encontró a su llegada al Iriaf?

Estaba todo por hacer. Lo único que encontré fueron cinco centros (Ivicam, Cersyra, Marchamalo, Albaladejito y El Chaparrillo) con un personal volcado en la investigación y en la experimentación agraria y que está dando todo de sí para llevar el Iriaf adelante. Con este capital humano, que es importantísimo, pero muy escaso; de hecho, tenemos cinco centros y solamente seis doctores en plantilla, lo que supone que conseguir dinero y proyectos europeos y nacionales sea muy difícil, ya que para hacerlo estos tienen que firmarlos dos o tres doctores y en algunos centros solamente disponemos de uno.

Además de echar a andar, ¿cuál es el reto principal que se marca el Iriaf para el futuro?

El reto es que tras estos cuatro años el Iriaf se convierta en un verdadero centro de investigación agroalimentaria y forestal, con lo que ello significa en cuanto a presupuesto, estructura administrativa y personal científico. Todo, para poder trabajar codo con codo con el resto de centro similares del resto del territorio nacional. Con vernos junto a ellos codo con codo, yo estaría satisfecho.

¿Queda aún mucho por hacer en el campo de la I+D en materia agroalimentaria?

Tenemos muchísimo que hacer y, además de las dificultades que tenemos en cuanto al personal, hay una cuestión que tenemos que resaltar; y es que todavía las empresas agroalimentarias de la región, sobre todo en el sector más agrario, no se han dado cuenta de lo importante que es la investigación, el desarrollo y la innovación. La innovación es una importante carta de presentación en los mercados y eso los sectores de la agroindustria no lo tienen aún bien asumido. Ése es uno de nuestro objetivos, que estos sectores apuesten por la I+D+i.

Parece indispensable que el campo y la Universidad se den la mano.

Evidentemente. Es más, mal director del Iriaf sería si en estos cuatro años no estrechamos las relaciones con la Universidad de Castilla-La Mancha. Tengo que decirle que en estos últimos años nuestros centros, en mayor o menor medida, han estado trabajando con diferentes departamentos de la UCLM; aun así, queremos potenciar esta relación y en breve se va a firmar un convenio marco de colaboración entre ambas instituciones. Es fundamental que el esfuerzo en I+D+i de la industria agroforestal se concentre y no se divida entre distintos grupos e instituciones.

¿Es posible acercar al joven titulado al campo?

Efectivamente. La Consejería de Agricultura en los planes de desarrollo rural que se presentaron en Tomelloso hizo una apuesta por la incorporación de los jóvenes a la agricultura. Unos jóvenes que tienen que recibir una formación previa que se dará en los centros del Iriaf.

¿Habría que pelear por una PAC que mire un poco más a la I+D+i?

Dentro de los pilares de la Política Agraria Comunitaria hay una parte que comúnmente se llama el Pago Verde y que solamente va ligada a las hectáreas de terreno, pero están los planes de desarrollo rural en los que las comunidades autónomas tienen las herramientas para modular en qué se van a gastar esas ayudas. Es ahí donde el Iriaf, junto con la Consejería, va a plantear en las diferentes líneas de trabajo la subvención y el soporte económico para los proyectos de innovación.

Agricultura confía mucho en el citado Plan de Desarrollo Rural. ¿Es la bandera que van a enarbolar durante los próximos cuatro años?

Me gustaría decirlo de otra forma. Es la bandera a la que se tiene que agarrar el sector, ayudado por el Iriaf o la UCLM, para comandar la innovación en el campo en Castilla-La Mancha. Los investigadores tenemos la tendencia a estudiar el sexo de los ángeles y es el sector el que nos debe pedir que bajemos del cielo para acercarnos realmente a los problemas que se le presentan y que hay que solucionar con investigación, estudio e innovación.

El Ivicam era antes cabeza de cartel y ahora se ha integrado en el Iriaf. ¿Cuál va a ser su papel?

El Ivicam es un centro de referencia y está llamado a liderar, como lo hacía antes, la I+D+i en el campo de la viticultura y la enología. Que ahora esté bajo el paraguas del Iriaf no debe sorprendernos; no hay que olvidar que Castilla-La Mancha es el primer productor de uva y vino de España y, por ello, la I+D deben estar en el primer lugar de las líneas de trabajo que trasladaremos a la sociedad castellano-manchega.

¿Tiene que ser su papel seguir trabajando para la mejora de los vinos y, como tal, de su precio y presencia en el mercado ?

Por supuesto. Vuelvo a incidir en la importancia que los bodegueros y cooperativistas deben dar a la innovación en el producto. Hay que trabajar por la diferenciación y la diversificación para que  las exportaciones aumenten, pero  no solamente con el vino, sino también con mostos o productos derivados de la uva. El campo de oportunidades es enorme y si aplicamos las ideas innovadoras podemos hacer que la rentabilidad de la viticultura y la enología aumente.

Hay que intentar conseguir que cada empresa haga la guerra por su cuenta.

Cuanto más unido esté el sector y más se trabaje en una misma  línea más se va a conseguir. Pequeños trabajos dispersos lo único que hacen es dispersar el esfuerzo económico que podemos hacer entre las bodegas, cooperativas y la administración. Si concentramos el esfuerzo se llegará más lejos.

¿Puede ser el Iriaf un potenciador del empleo?

Está claro que la empleabilidad es importante y en este sentido también lo es mucho la formación. Por ello, se están preparando unos planes de formación muy importantes para 2016 con el objetivo de apoyar la búsqueda de empleo de nuestros jóvenes tanto en el campo como en la agroindustria.

¿Es posible ser competitivos en I+D desde Castilla-La Mancha?

Sin duda. Los proyectos de investigación de los distintos centros del Iriaf se llevan a cabo en colaboración con distintas universidades de todo el territorio nacional y de fuera de España, lo que viene a decir que la excelencia la tenemos y eso es una punta de lanza para que el sector agroalimentario y ganadero de la región se vaya reforzando. Todo, sin olvidar el handicap que supone la situación económica actual y la falta de presupuesto.

Hablando de algunos centros, El Chaparrillo es un centro de referencia en materia animal. ¿Cuáles van a ser las líneas a seguir en su caso?

El Chaparrillo tiene unas líneas de trabajo claras y va a seguir con ellas: la conservación del cangrejo autóctono, la recuperación de fauna silvestre -al igual que Albaladejito-, y ya se está trabajando con el IREC para iniciar una nueva línea de estudio sobre la perdiz roja. Además, en El Chaparrillo, además de la parte animal, hay que destacar los trabajos en el pistacho, donde es un centro de referencia internacional.

Aldaladejito, Marchamalo, Valdepeñas... ¿Tienen proyectos claros?

En el Cersyra vamos a seguir trabajando en el desarrollo de la raza ovina manchega y también en la calidad de la leche como punto de partida para un producto tan importante como el queso manchego. En Marchamalo tenemos una referencia mundial en cuanto a sanidad animal en abejas y sobre la calidad de la miel y en cuanto Albaladejito, se está conservando el banco mundial de  azafrán y los bancos españoles de ajo y lenteja a través de los que se realizan trabajos en los campos de la investigación en leguminosas.

El melón también supone un importante ámbito de trabajo.

Se ha trabajado mucho en el melón y, aunque hubo un parón en los años de recortes, se van a recuperar con el apoyo de la IGP Melón de La Mancha y la asociación de meloneros. La idea es realizar un estudio de mejora de la calidad del que ya estamos en fase preliminar.

En el ámbito forestal tampoco puede dejarse de trabajar pese a las buenas cifras del verano en cuanto a incendios.

Así es. El tema del control de incendios no es competencia del Iriaf, pero es una prioridad regional en la Consejería de Agricultura. Al respecto de nuestras competencias en esta materia, la planta de Clamber de Puertollano es el referente en el que vamos a comenzar a trabajar. En la reutilización de los subproductos forestales para la obtención no sólo ya e biomasa para producir energía, sino para la obtención de productos de alto valor añadido como bioplásticos, biopolímeros, alimentos de ganado o aditivos alimentarios.

En base a todos estos aspectos, ¿cree que en estos cuatro años será posible transformar la industria ganadera y agroalimentaria en la región y estar en los puestos en los que Castilla-La mancha debe estar?

La cuestión es qué meta nos marcamos; pero si es la que me pregunta, estoy convencido de que vamos a estar en los puestos punteros tanto en ganadería como en agroalimentación. Lo importante es que nuestros sectores se lo crean y apuesten por ello, porque van a tener al Iriaf como una herramienta técnica para poder desarrollar ideas y solucionar los problemas que vayan apareciendo.