El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad calcula que, actualmente, hay 45 millones de envases de medicamentos sin abrir en los hogares españoles, después de que el último Barómetro Sanitario relativo a 2011 haya reflejado que uno de cada cuatro ciudadanos admite tener en su domicilio fármacos que les ha recetado su médico aún sin empezar.

Según explicó hace unos días la secretaria general de Sanidad, Pilar Farjas, estos productos «han sido ofrecidos en función del porcentaje que marcara en cada caso el sistema de copago farmacéutico por la sanidad pública». Además, reconoció que, en torno a un 10 por ciento de los medicamentos, no llegan a usarse, por lo que «si se tiene en cuenta que el gasto de los establecimientos de 2011 fue de 11.136 millones de euros, el coste de los que el Estado pagó pero las personas no utilizaron podría ascender a más de 110 millones».

El motivo principal que alegaron los encuestados para hacer acopio de medicinas es que «habían sido recetadas por adelantado para que no faltasen». Sin embargo, el 35,3 por ciento reconoció que cambió el tratamiento antes de que llegara a usarlos. Por ello, la número dos del departamento de Ana Mato insistió en que «no se retiren de la farmacia productos hasta que no se necesiten», porque «el tener envases cerrados no aporta valor porque, ante un cambio de tratamiento, éstos quedan sin uso».

Además, aseveró que estos datos «confirman que se requieren medidas para reducir ese cúmulo innecesario de fármacos en los domicilios españoles».

Por otro lado, el estudió también señaló que uno de cada cuatro ciudadanos considera que el sistema sanitario nacional funciona bien o bastante bien calificándolo con una nota de 6,59, la más alta en los últimos años.

Auge de lo estatal. La buena opinión de las personas sobre el sistema público se observa también cuando se les preguntó si elegirían los servicios públicos o privados para ser atendidos, ya que seis de cada 10 optarían por los estatales en Atención Primaria, Pediatría, ingresos hospitalarios y Urgencias, alegando a una mejor tecnología y capacitación de los profesionales.

Además, el balance mostró cómo siete de cada 10 preguntados visitaron a su médico de familia en el último año. En este grupo, el 86,6 por ciento aseguró que la atención recibida por su doctor fue «buena» o «muy buena».

Entre los aspectos mejor valorados destacaron la cercanía de los centros, calificada con un 8,08, y la confianza en los profesionales, con un 7,77.