El reloj de la torre del Museo Municipal tiene cuerda para rato

A.M.
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El Ayuntamiento ha sacado a concurso el contrato para su mantenimiento

El engranaje que permite funcionar al reloj de la torre del Museo Municipal fue enviado por Canseco Relojero, proveedor de la Real Casa, ubicado en Madrid. - Foto: Arturo Pérez

Las prisas, el desinterés, el estrés y otras necesidades nos hacen perdernos, a veces, la grandeza de las alturas. Esos tejados, cúpulas y torres que rodean nuestro entorno urbano todos los días pero que apenas merecen un minuto de nuestra atención.

Notarios estáticos del paso del tiempo, fieles a su objetivo, que son principales testigos de todo lo que acontece en su ciudad, pero enmudecen por la ausencia de humanidad. De estos hay muchos en esta ciudad, aunque especial relevancia cobra el reloj de la torre del Museo Municipal (antiguo ayuntamiento), que desde 1903 ha estado presente en todo lo que ha ocurrido en la zona más céntrica de la capital: la plaza del Altozano.

Ahora, el Ayuntamiento de Albacete -su propietario- convoca la adjudicación del contrato de mantenimiento del reloj de la fachada del Museo Municipal y del reloj de la Casa Consistorial, por un valor estimado de 3.000 euros -2.000 de importe neto más 420 euros de IVA- y una vigencia contractual de cuatro años. Pero se trata de un mantenimiento periódico y no diario, como el que le realizan Cipriano Alfaro y José Antonio Gregorio, funcionarios de mantenimiento de la AdministraciónLocal, quiénes todos los días, de lunes a domingo, suben a la tercera planta del antiguo Consistorio a darle cuerda al reloj de la torre, instalado allí en el año 1903, cuando el arquitecto municipal Francisco Manuel Martínez Villena realizó la reforma de un edificio que es originario del siglo XVIII. Después de 111 años en funcionamiento, el reloj del Museo Municipal se encuentra en perfecto estado de funcionamiento. Su maquinaria se conserva en una especie de urna de cristal. La preside la placa de su procedencia: «Canseco Relojero. Proveedor de la Real Casa. Paseo de las Delicias, 52. Madrid».

Un letrero anunciador que confirma que este reloj del Museo Municipal de Albacete es exactamente el mismo que el de la sede de la Comunidad de Madrid, más conocido como el reloj que da las 12 campanadas de Fin de Año en la Puerta del Sol. Eso sí, al de Albacete le falta el famoso carrillón que avisa de la llegada de los cuartos y de la hora en punto. A excepción de esto, el resto es exactamente igual, con sus cuartos y sus campanadas iguales.

Cipriano y José Antonio suben todos los día a darle cuerda y comprobar que las agujas de las tres esferas ubicadas en otras tantas caras de la torre es la correcta, ya que, en función de la época, el reloj se adelanta o se atrasa:«Con el frío, el reloj se suele adelantar porque la cuesta menos mover el péndulo; mientras que con el calor se atrasa por la dilatación», explica José Antonio Gregorio.

El reloj de la torre del Museo Municipal, además de bonito y muy curioso, es todo un engranaje. En total, el mecanismo cuenta con tres cuerdas:una para las campanas que marcan los cuartos; otra para la única campana que anuncia las horas en punto; y otra para la maquinaria del reloj, desde donde parten una serie de cables que conectan todo este aparataje con las esferas del exterior y las tres campanas que se encuentran en la cara oculta de la torre, inapreciables para los viandantes.

A pesar de que el edificio de la plaza del Altozano ha sufrido varias remodelaciones y redecoraciones en función de las necesidades de cada época, el reloj de la torre siempre ha sido respetado, siempre ha dado un campanazo en los cuartos, dos cuando marca y media, tres en las horas menos cuarto y, para terminar, los cuartos habituales antes de tocar las horas en punto del día. Ha sido en el último año y al parecer por las quejas de vecinos y clientes de hoteles cercanos, cuando el reloj de la Plaza del Altozano enmudece por la noche. A partir de las 10 de la noche, sus campanas ya no avisan de la hora, sonido que se retoma a las ocho de la mañana de lunes a viernes, y dos horas más tardes los fines de semana y festivos.

El reloj del Museo Municipal de Albacete forma parte de un conjunto arquitectónico de estilo ecléctico, en el que destaca su simétrica fachada principal, coronada por la mencionada torre, donde figura, además del reloj con sus campanas, el escudo de la ciudad, la inscripción de Casa Consistorial en recuerdo del anterior uso del edificio, la balaustrada del balcón -que sólo se abre para la lectura del pregón inaugural de la Feria de septiembre-, sus elaboradas rejas y la cabeza de un león rugiente que sobre su puerta principal guarda el recinto.

En la actualidad, el edificio es el Museo Municipal de la ciudad donde se realizan exposiciones temporales, aunque en su segunda planta ofrece la colección permanente de arte popular que cedió el crítico de arte Juan Ramírez de Lucas en la década de los 90. Todavía hoy el inmueble conserva su espectacular escalera y el antiguo salón de plenos.