La contratación de personas con algún tipo de discapacidad mejora sus cifras en Albacete, al menos así lo señala un informe del Servicio Público Estatal de Empleo (SEPE), que recopila los datos del último año. El dato de número de contratos sube casi un 24% en Albacete, aunque más contratos no implica necesariamente más puestos de trabajo. De hecho, también se ha incrementado el paro en este colectivo, según figura en el mismo informe.
Las estadísticas dicen que en 2013 hubo 1.932 contratos a discapacitados en la provincia; eso supone que un 1,39% de los contratos realizados en la provincia es a personas con discapacidad. Pese a ello, al acabar el año había 1.708 personas de este colectivo inscritas como demandante de empleo, lo que supone una subida del 18,2%. En comparación con el total del desempleo de la provincia, las personas con discapacidad son un 3,38%. El informe destaca este aspecto, que el colectivo de discapacitados tiene esta «característica muy significativa» de que la mayoría no están trabajando o buscando un empleo: «Son inactivos un 63,36%, por lo que cuentan con una muy baja participación en el mercado laboral».
DISCAPACIDADES FÍSICAS. En el caso de la provincia albacetense también informa el estudio de SEPE de qué discapacidades son las más habituales entre el colectivo que tiene un empleo. La tendencia es similar a la de todo el país, es decir, en su mayoría los discapacitados que trabajan sufren una discapacidad de tipo físico. Así, en Albacete más de la mitad de contrataciones responden a estas personas, mientras que figuran sólo 147 contrataciones a personas con discapacidad psíquica, 171 a personas con alguna discapacidad sensorial, y sólo cuatro a personas con discapacidad del lenguaje. Asimismo, el informe dice que tres de cada cuatro contratos a discapacitados se hacen para empleos de emrpesas y actividades del sector Servicios; los contratos en Agricultura no llegaron a 300, los de Industria estaban por debajo de los 200, y los de Construcción no alcanzan el medio centenar.
EL PERFIL DEL TRABAJADOR. Con estas y otras variables el Servicio Público de Empleo Estatal ha elaborado un nuevo perfil de la persona discapacitada que trabaja, y señala que se trata de un hombre de 25 a 44 años de edad, que cuenta con algún tipo de discapacidad física y que tiene un nivel formativo de Educación Secundaria Obligatoria (con o sin titulación); es alguien que realiza su actividad profesional en empresas del sector Servicios, principalmente en una ocupación con poca cualificación y con un contrato temporal «para trabajar en su misma provincia».