Asaja advierte del «fuerte y rápido» descenso de los precios de cebolla y patata

E.F. / latribunadealbacete.es
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Albacete es la principal zona productora de cebollas en España, con una producción estimada por el Magrama de 400.000 toneladas

Cebollas recolectadas en la campaña anterior. - Foto: consuelo lópez

Las organizaciones agrarias Asaja de Albacete y de Ciudad Real han advertido, en las últimas horas, de la «fuerte y rápida» bajada de los precios que perciben los productores de cebollas y patatas.

Recordar que Albacete es, con diferencia, la principal zona productora de cebollas de España, con una producción superior a las  400.00 toneladas.  En cuanto a la patata, su producción rebasa las 30.000 toneladas anuales, según datos del Magrama.

Los precios de la cebolla han caído en picado desde el inicio de campaña, por lo que muchos productores están almacenando el productos en espera de una recuperación de precios en las próximas semanas.

En el caso de la patata, el coste de producción es de 15 y 17 céntimos por kilogramo, mientras que los precios que se pagan se sitúan en torno a los siete céntimos el kilogramo, según Asaja.

tendencia general. Preguntado por al alcance de esta situación, el presidente provincial de Asaja, José Pérez Cuenca, señalaba que «son precios de auténtica ruina pero, por desgracia, son la tónica común, en el ajo o, sin ir más lejos, en la uva, la tendencia es la misma».

Sin embargo, en el caso de los productos hortofrutícolas, como es el caso de la cebolla, Pérez Cuenca llamó la atención no sólo sobre el desplome de los precios, sino sobre lo rápido que se ha producido, sobre todo desde que se produjo el veto ruso.

«Sobre el papel, la cebolla no debería tener los problemas que, por ejemplo, tiene la fruta de hueso -señala- pero al final los tiene, porque, tal y como advertimos desde las organizaciones agrarias,  el veto hace que los mercados, en general, tiendan a la baja, de forma que muchos mercados y productos acaban acusando el golpe.

Al mismo tiempo, Pérez Cuenca advirtió que ese «efecto dominó» se acentúa «cuando los intermediarios usan el veto ruso como excusa para tirar los precios, aprovechándose de que el consumidor no siempre entra en el detalle».