La capital albacetense se prepara ya para ser este sábado, 30 de agosto, llegada de una etapa de la Vuelta a Ciclista a España por vigésima vez en la historia de la prueba. Ayer, por ejemplo, ya se retiraban bolardos en el Paseo de la Cuba, la vía donde se instalará la meta, al igual que en las últimas visitas de la ronda española.

Será aproximadamente en la confluencia de ese paseo con la calle Mariana Pineda donde se sitúe el arco de meta, al que los ciclistas llegarán entre las 17.26 y las 17.56 horas, según los horarios previstos por la Vuelta. Antes accederán a la ciudad por la Carretera de Jaén, para tomar posteriormente la circunvalación (calles Benavente y La Roda), seguir por la rotonda de salida a la carretera de Madrid, Avenida Cronista Mateos y Sotos y, en la rotonda de llegada al Parque Lineal, girar a la derecha para afrontar una larga recta final de cerca de un kilómetro.

La octava etapa (Baeza-Albacete) será la más larga de esta edición de la Vuelta con 207 kilómetros, de los que unos 110 transcurren por la provincia albacetense a través de la conocida como carretera de Jaén (N-322).

Para los distintos pasos por localidades, la organización establece un margen horario que depende de la velocidad media con que avancen los ciclistas (43 kilómetros por hora, el más rápido, y 39 el más lento).

De acuerdo a esa previsión, los horarios de paso junto a las localidades que atraviesa o bordea la N-322 serían los siguientes: Villapalacios, entre 15.10 y 15.25 horas; Alcaraz, entre 15.35 y 15.54; Robledo, entre 15.51 y 16.11; El Cubillo, entre 15.58 y 16.19; Los Chospes, entre 16.03 y 16.24; El Jardín, entre 16.12 y 16.34 y por último Balazote, entre las 16.30 y las 17 horas aproximadamente.

La entrada a la capital, donde los ciclistas recorrerán unos cinco kilómetros, tendrá lugar entre las 17.15 y 17.45 horas.

En cuanto al perfil de la etapa, se trata de una de las más llanas del recorrido y, desde la organización de la Vuelta, apuntan a que se trata de una jornada «propicia para un sprint masivo».

El desnivel de la etapa es mínimo, con salida a 630 metros sobre el nivel del mar y llegada a 682. El punto más alto de la etapa estará en Robledo, con unos 1.020 metros. En cualquier caso, la carretera no cuenta con repechos largos y, por lo general, subidas y descensos son bastante tendidos.

En cualquier caso, y como siempre que la Vuelta a España llega a La Mancha, habrá que tener en cuenta a un invitado meteorológico que puede romper las previsiones. «Hay que tener en cuenta cómo puede afectar el viento, muy habitual en esta zona de España», explican desde la propia página web de la carrera, dados los precedentes.