Los errores individuales lastran a un Albacete en fase de adaptación

Cristóbal Guzmán
-

Los blancos intentan consolidar los fundamentos de su fútbol asociativo, que reduce su productividad en una categoría que penaliza los desaciertos en las zonas de riesgo

Los jugadores del Albacete, durante el minuto de silencio en los prolegómenos del partido frente al Tenerife. - Foto: Juan García Cruz

El encuentro del pasado sábado en el Heliodoro Rodríguez López resultó paradójico en su desarrollo, pero también dejó constancia de algunas impresiones que ya se habían detectado en la jornada inaugural.

Curiosamente, el Albacete adquirió ventaja cuando mejor estaba siendo el rival, y encajó el empate en una segunda mitad en la que superó a un Tenerife que se fue diluyendo conforme transcurrían los minutos, hasta el punto de dar por bueno un reparto de puntos que no resultó, desde luego, injusto.

Dejando a un lado el marcador y su sabor agridulce, el arranque de competición ha proporcionado la percepción de un conjunto reconocible por momentos, tenaz en su idea de juego, pero todavía tierno y con unos desaciertos en momentos del partido que lo han penalizado notablemente.

Luis César argumentó la semana pasada su indignación con los dos primeros tantos del Alcorcón en la primera jornada, y atribuyó a una «desgracia» el tercero, como también el encajado en el Heliodoro Rodríguez. El infortunio jugó su papel en ambos lances, pero acaso también el no calzar los borceguíes adecuados o las deficiencias en el control del balón, respectivamente. Si así fuera, ambos desaciertos (el resbalón y dejar luna pelota mal controlada a merced de un adversario) quizá pueden ser objeto de corrección.

Sea como fuere, la impresión general, pese a estos resultados adversos, apunta a que el Albacete está en condiciones de competir con equipos que, en la mayoría de los casos, gozan de plantillas iguales o superiores en calidad. Si no se anduvo lejos de derrotar al Alcorcón, lo mismo ocurrió en la segunda jornada, en la que el Alba volvió a quedarse con la miel en los labios por un error que echó por tierra el trabajo colectivo, pero también la excelente actuación individual de Alberto, cuyas intervenciones fueron decisivas para la suerte de su equipo.

Cerrados, pues, los dos primeros partidos, ya se otea la tercera jornada, en la que el Albacete recibirá al Spórting de Gijón, uno de los equipos ilustres de la categoría que peleará una temporada más por el ascenso. Los asturianos gozan de un gran cartel, y el encuentro se presenta apasionante, no sólo por la entidad del rival, sino también por comprobar si los de Luis César son capaces de administrar bien el tiempo del partido y de corregir los errores que no le han permitido gozar de un mejor arranque en su reencuentro con la Segunda División.