La tragedia del TLP cumple un año con heridos todavía en rehabilitación

MARCELO ORTEGA
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La caída de un F-16 sobre la plataforma de estacionamiento dejó 11 fallecidos y una treintena de heridos la tarde del 26 de enero de 2015

Un año se cumple hoy del peor accidente aéreo ocurrido en Albacete, un año desde que a las 15,15 horas (así consta en el informe de la investigación) un avión F-16 se fuera contra el suelo 7,8 segundos después de elevarse sobre las pistas de la Base de Los Llanos. Sus dos pilotos, participantes en el curso del TLP, fallecieron en el impacto, próximo a la plataforma de estacionamiento donde decenas de mecánicos, oficiales y personal de apoyo esperaban su turno para volar. El incendio y las explosiones desatadas causaron nueve muertos más (todos franceses), 17 heridos graves y 16 leves (todos franceses e italianos). Nueve aviones se vieron implicados en el accidente, de los cuales siete quedaron totalmente destruidos.

El aniversario llega al TLP con un curso de vuelo en marcha, un curso similar al que aquel 26 de enero de 2015 estaban siguiendo personal y aeronaves de nueve naciones. Hoy, como cada día del programa, decenas de aeronaves despegarán de las mismas pistas, pero el personal de la llamada escuela de pilotos rendirá su particular homenaje a las víctimas de la tragedia este viernes, en una acto en el que se espera contar con familiares de algunos de los heridos. El coronel jefe del TLP, Antonio Bernal, explicó que será «un acto íntimo, al estar en mitad de curso no queríamos que interfiriera con las actividades normales», y señaló que siguen en contacto con las personas que todavía se recuperan: oficiales franceses que tuvieron que ser llevados al Hospital de La Paz por la gravedad de las quemaduras que presentaban. También un oficial italiano fue de los últimos heridos en abandonar España. El coronel jefe del TLP comentó que de todos los heridos más graves «solo uno, francés, sigue en tratamiento hospitalario».

El resto de heridos de mayor consideración sigue en rehabilitación, bien por la recuperación de los traumatismos y fracturas sufridas, bien por la necesidad de seguir bajo supervisión a causa de los implantes de piel que se les realizaron: «están en tratamiento ambulatorio, se les hace un control y seguimiento desde los hospitales». Uno de los heridos franceses perdió un brazo en el accidente, y se le implantó un brazo biónico, destacaba el coronel Bernal.

Aparte del golpe físico, la familia militar sigue también sobreponiéndose a lo que supone un accidente de esta magnitud. El coronel comentaba que «lo hemos superado con coraje, ayudándonos los unos a los otros, independientemente de nuestro rango o nuestra nacionalidad, estando unidos; un accidente así nos recuerda la fragilidad de nuestro trabajo, el riesgo que implica la actividad del vuelo».

LAS CAUSAS, CONOCIDAS. El primer aniversario de tan grave accidente llega también con las causas del siniestro suficientemente aclaradas. La comisión de investigación analizó cada dato, cada detalle de lo que ocurrió en la Base albacetense ese día. El coronel resumía ese informe que ya se hizo público en verano, y que adelantó este diario: «Fue un interruptor mal posicionado, no se sabe cómo ese interruptor no estaba colocado en su sitio, estaba girado hacia un lado; esas fueron las causas, no hubo nada más, y por desgracia en estos F-16 ese interruptor no tiene en cabina ningún avisador que le dijera al piloto que estaba en una posición anormal; fue un desgraciado accidente». Ese mismo informe señalaba que una última revisión de mecánico y piloto a pie de pista podría haber evitado el accidente (la hipótesis es que las cartas de navegación se movieron en la cabina y cayeron sobre el interruptor, girándolo). El TLP ofrece a cada país la posibilidad de hacer ese último check en la cabecera de despegue, y por ahora sólo la fuerza aérea griega realiza este última revisión.