Un lustro después de cerrar sus puertas al público, el edificio del Bar Vidal fue ayer víctima de la piqueta. Ubicado en la calle del Muelle, hasta tres generaciones de una misma familia pasaron por las cocinas y el mostrador de este mítico establecimiento hostelero, un local que desde sus orígenes, allá por la década de los 60, supo mantener la comida tradicional de los fogones de nuestros mayores. Ajo mataero, los calamares o higos con cazalla fueron algunos de los platos que hicieron famoso a este negocio familiar. Fundado en la década de los 60, primero con el nombre de Bar Pepe y después como Bar Pascual, fueron los padres de Teresa y Josefa González Moreno -las últimas responsables- los encargados de poner en marcha el Bar Vidal un 26 de julio de 1970. La imparable transformación que vive la capital, en especial, las zonas más céntricas, ha hecho que este inmueble sea derribado. Ahora sí que sí el Bar Vidal es realmente historia.