Las fugas de menores originan el 99% de las denuncias por desapariciones ante la Policía

A.M.
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Las comisarías de Albacete y Hellín registraron en 2014 casi 200 comunicaciones por casos de jóvenes que no regresan a sus hogares o centros de acogida

No es Albacete una provincia problemática con el número de denuncias puestas ante el caso de personas que se hallan en paradero desconocido, sin que familias o amigos sepan si vive. Y aunque no es lo mismo desaparecer que fugarse, el Cuerpo Nacional de Policía sí que registra en un mismo archivo ambos sucesos, bajo el nombre genérico de Desaparecidos.

Hasta las comisarías de Policía Nacional de Albacete y Hellín llega una comunicación por fuga de algún menor cada dos días. En su mayoría, se trata de menores y adolescentes que no han alcanzado los 18 años, procedentes de familias desestructuradas, que se encuentran en centros de acogida o pisos tutelados, algunos gestionados por la Junta de Comunidades, otros por organizaciones y entidades no gubernamentales.

Por eso el comisario provincial, José Francisco Roldán, subraya la diferencia entre «desaparecido» y «fugado», pues mientras el primero se refiere a una persona que se encuentra en paradero desconocido y no se sabe si está viva, el segundo es un acto «voluntario» que en el cien por cien de los casos acaba con resultado positivo.

Tanto es así, que hasta las comisarías de la Policía Nacional de Albacete y Hellín llegan comunicaciones de aquellos educadores que detectan la ausencia de algún menor que está a su cargo y no ha llegado al centro o al piso a la hora determinada: «Este tipo de recursos de acogida de menores en riesgo de exclusión social o pertenecientes a familias desestructuradas tiene un régimen de libertad amplio, pero también unas normas y un horario que los chicos tienen que cumplir; si llegado ese horario no se encuentran en el centro o piso, los educadores mandan por correo electrónico una comunicación para informar a la Policía Nacional».

ACOGIDOS Y TUTELADOS. Este protocolo ocasiona que el 99% de las denuncias que ambas comisarías registran en el archivo de Desaparecidos, en realidad respondan a fugas de menores que se ausentan durante horas o días de sus propias casas, de los centros o pisos donde se encuentran acogidos. Se da la circunstancia de que muchos de ellos están tutelados por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. A lo largo del pasado año, el Cuerpo Nacional de Policía en Albacete y Hellín recibió hasta 199 comunicaciones y denuncias por estas desapariciones, casi el cien por cien de ellas protagonizadas por los menores fugados que bien son localizados por los agentes o bien vuelven solos. También los hay que son encontrados por los propios educadores.

En cualquier caso, la Policía Nacional se encuentra en contacto constante con los servicios asistenciales y sanitarios de la Junta de Comunidades para iniciar los trabajos de búsqueda y localización cuanto antes. «Aparecen todos», concluye José Francisco Roldán, quien apunta algún caso de un padre que denuncia constantemente la desaparición de su hija, porque «se va mucho de casa y siempre que lo hace, su padre presenta una denuncia, aunque a los dos o tres días aparece».

Sobre la cantidad anual total de 2014, el comisario Roldán también apunta que muchas de esas comunicaciones coinciden con el mismo menor, es decir, el mismo joven que se escapa del centro «en numerosas ocasiones». También que se producen más fugas en verano -en 2015 van contabilizadas 28-, porque «se van a la piscina o se quedan por la noche con sus pandillas de amigos y no regresan a los centros».

No obstante, una vez remitido el impreso por parte de los educadores avisando de que un menor no ha regresado al centro, la Policía inicia una primera búsqueda por las calles de la ciudad, «donde encuentra a muchos de ellos». Si el resultado es negativo, los agentes buscarán en su entorno más cercano, familia y amigos, donde generalmente «también los localizan y los acompañan a sus centros o pisos de acogida».

Desaparición inquietante. Al margen de los fugados, este registro de desaparecidos también incluye al desaparecido inquietante, figura que responde a un individuo con problemas psicológicos que ha amenazado con suicidarse, a personas mayores con demencia senil o a enfermos mentales que se desorientan y se pierden. «Los desaparecidos inquietantes son escasísimos, aunque la mayoría de los casos tienen un resultado trágico», explica el comisario provincial, quien asegura que todas las denuncias por desapariciones se atienden por igual, aunque la rapidez y el despliegue de efectivos siempre depende de la urgencia o el peligro que conlleve el hecho.

Respecto a aquellas denuncias presentadas por familiares por personas desaparecidas, Roldán asegura que no ha llegado caso alguno a las comisarías y advierte: «Hay familiares o amigos que denuncian la desaparición de gente que no quiere ser localizada; esto nos ha pasado en alguna ocasión».