Asaja reclama incluir a la uva en el régimen de vigilancia de la Agencia de Control Alimentarios

Redacción
-

La organización agraria recuerda que los precios con los que ha arrancado la campaña son «irrisorios»

La Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores (Asaja) de Castilla-La Mancha ha cuestionado si la Ley 12/2013, de 2 de agosto, de medidas para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria excluye a los viticultores después de constatar que «se están realizando operaciones de venta de uva sin que los productores conozcan los precios que van a percibir».

Por este motivo, la organización agraria solicita al Ministerio de Agricultura que la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), organismo creado con los fines de controlar el cumplimiento de las medidas de la citada ley, incluya la uva como alimento que, «por su importancia estratégica incide significativamente en la producción y comercialización agraria, tal y como establecen los propios estatutos de la Agencia».

vendimia sin contratos. A pesar de la puesta en vigor de la Ley de la Cadena Alimentaria,  señala Asaja en nota de prensa, en la que se regulan los contratos de compra-venta que deben reflejar el precio de las operaciones, «muchos viticultores castellano-manchegos han comenzado la vendimia sin contratos y acudiendo a las bodegas sin que éstas hayan publicado la tablilla de precios, salvo en raras excepciones y en las dos grandes industrias que operan en la región, que son las que establecen los precios con un sistema de fijación injusto y desproporcionado», lamentan.

En este sentido, la campaña de vendimia de este año ha arrancado «con unos precios irrisorios que no responden a ninguna lógica», lamenta la organización agraria que se cuestiona en qué se basan los industriales a la hora de establecer dichos precios ya que «no tiene sentido esa devaluación si la cosecha estimada presenta un 40% menos de producción aproximadamente con respecto a la de la campaña anterior y con una calidad excepcional».

En esta línea, dice Asaja, «de nada sirve el esfuerzo de los productores por la calidad si finalmente se paga en base a los precios del vino del final de la campaña anterior o tal vez pasando factura de las condiciones favorables que se dieron hace un par de años, pero en ningún caso atendiendo a la calidad ni a las expectativas de mercado».