Perera ilustra a los populistas Padilla y 'El Fandi'

PEDRO J. GARCÍA
-

El extremeño cortó tres orejas a dos astados de distinta condición, mejor el primero, mientras que al segundo supo sacarle su buen fondo con firmeza y buen toreo

Perera ilustra a los populistas Padilla y ‘El Fandi’

La estadística está muy bien para conocer porcentajes de todo tipo, pero en ocasiones es muy engañosa. Por ejemplo, si usted y yo estamos en una habitación, nos sirven un pollo frito y yo me lo como entero, la estadística dirá que cada uno nos hemos comido medio pollo, pero usted seguirá con hambre y yo bien saciado. En el mundo del toro también funcionan las estadísticas, que indican que Padilla y El Fandi ocupan los dos primeros puestos del escalafón, mientras que Miguel Ángel Perera aparece en el duodécimo. Cualquiera que consulte las estadísticas pensará que los dos primeros eran el gran atractivo de la tarde de toros de ayer en Albacete, y que el tercero llegaba como invitado. Pero la estadística son cifras y el toreo es algo más, porque en la corrida de ayer, el duodécimo le dio un repaso a los dos líderes del escalafón, dicto una lección a la que permanecieron muy atentos los populistas Padilla y El Fandi, que no se fueron de vacío, con una oreja por coleta en el esportón, aunque la realidad supera a la estadística y Perera paseó tres. Además, frente a los rodillazos de los primeros se impuso su firmeza, frente al toreo sin calado de los dos primeros imperaron los pasajes de hondura del tercero, que, ayer, en Albacete, rompió las estadísticas con su toreo.

Porque el maestro Perera se entretuvo en cortar tres orejas, que sumadas a las tres de su primera tarde le perfilan como el triunfador del abono. Aunque antes de pasear los apéndices cuajó a dos toros de distinta condición: noble, con clase y entrega en la muleta el primero, y manejable el segundo, al que supo sacarle todo su fondo para meterle en el cesto y que la faena tomase altura.

poderoso perera. El extremeño es uno de los pilares de la Feria Taurina, con dos tardes, y ayer justificó esta doble presencia, porque todo lo apuntado el día 10 lo confirmó en la quinta de abono, que, como se dice en el argot taurino, no fue quinta mala para Perera.

El diestro, antes de que saltase el tercer toro al ruedo, recibió una ovación del respetable en reconocimiento a su primera tarde y él lo que hizo fue responder con su toreo y una tarde triunfal. Al primero de su lote, un toro noble, con clase y entrega, le inició la faena citando en los medios, para recetarse tres pases cambiados sin enmendarse y, con el de pecho y el de desprecio logró calentar los tendidos. En los primeros compases, con la derecha, le faltó ajustarse más y templar, pero cuando inició el toreo al natural la faena tomó altura, con mano baja, temple y hondura, conjugando un lucido cambio de mano y estando muy firme para evitar el intento de rajarse que hizo el toro, porque ahí clavó las zapatillas y en la distancia corta logró que su faena no perdiera interés y que su poderío y mando calase más en los tendidos. Despachó al astado con una estocada trasera y paseó las dos orejas del astado, corroborando el triunfo de su primera tarde.

Peor condición tuvo el segundo de sus enemigos, pero Perera estaba lanzado en busca de rematar una tarde redonda, en la que pudo cortar más trofeos si no hubiese fallado con la espada ante este astado. El toro no se entregó en los primeros tercios y en la muleta embestía a media altura, aunque el torero supo cuidarle en su muleta para sacarle el fondo que tenía. Así, según avanzó la faena, Perera pudo lucirse más, ya con series de mano más baja y más mando, con la misma firmeza que ha demostrado durante esta Feria Taurina para lograr el resultado de una faena que tuvo grandes pasajes en el toreo al natural y mucha verdad en el arrimón final para evitar que la faena perdiese calado e interés. La pena fue el manejo de los aceros, ya que pinchó, luego cobró una estocada y tuvo que descabellar por dos veces. Aún así paseó una oreja, pero lo importante es la impronta que ha dejado en sus dos triunfales tardes.

Padilla y El Fandi salieron a una oreja por coleta, que, para lo visto en el ruedo, no fue poco premio, porque ambos tuvieron material propicio para un mayor lucimiento. Lo consiguieron, en parte, en los tercios de banderillas, porque con la muleta sus faenas dejaron mucho que desear.

los banderilleros. Juan José Padilla se lució en banderillas ante su primero, pero con la muleta no pasó de una faena sosa, con poca pulcritud y muchos enganchones en la que no explotó el buen pitón izquierdo de un astado manejable y noble. Volvió a tirar del populismo ante su segundo enemigo, al que recibió con dos largas cambiadas y con el que volvió a completar un buen tercio de banderillas. Pero ahí acabó su función, porque su faena, iniciada de rodillas, fue sosa y no tuvo continuidad, ni temple, ni limpieza, pero el diestro supo calar en los tendidos para pasear una oreja con su bandera pirata.

El Fandi estuvo en la misma línea de Padilla, como si estuviesen clonados, recibiendo con una larga cambiada a su primer enemigo y buscando calentar a los tendidos con las banderillas, aunque en su primer toro estuvo poco acertado. Ya con la muleta, a un toro manso en los primeros tercios, pero que derrochó nobleza y entrega en la muleta, hasta que se rajó o aburrió, quién sabe, le recetó una faena de pegapases en la que sólo se salvó la primera serie al natural.

Con el quinto, el de peor condición, no tuvo recursos en una faena anodina y en la que abrevió.