La crisis le muerde al más pobre», dice sin resignación Salvador Jiménez (Almansa, 1943), al comentar la cantidad de gente que aguarda turno para resolver problemas en el servicio de mediación jurídica que Cáritas ofrece en el centro del Buen Suceso, situado entre el barrio de la Estrella y Las Seiscientas. Quien fuera el primer alcalde que tuvo Albacete en democracia, Salvador Jiménez, es hoy un abogado voluntario más, que echa una mano en Cáritas y Cruz Roja.

¿Cómo surgió su voluntariado?

Hay que seguir pedaleando. Me jubilé en octubre del 2012 y desde entonces estoy de voluntario. Los lunes, miércoles y viernes estoy con Cáritas, en el servicio de mediación jurídica que presta desde hace 16 años ya Pepe Sánchez, y junto a otros abogados jóvenes que están en la brecha, como son Yaraví Serrano y María del Mar Delicado. Los martes y jueves voy a Cruz Roja, donde también colabora otra abogada, Nuria López.

¿Por qué esta implicación con las oenegés?

Estamos en un momento en el que bajo la socapa de la crisis, que lo tapa todo, estamos reduciendo a mínimos el Estado de Bienestar y ésto afecta más a quienes se encuentran en un umbral de exclusión, de pobreza... En Albacete la situación es más flagrante en Las Seiscientas y La Estrella, por eso Cáritas está aquí, aunque bien es verdad que a este servicio ya está viniendo gente de otros muchos barrios de la ciudad e incluso el mordisco está llegando ya a la clase media.

El Estado, ¿ya no protege a quienes tienen menos recursos o aún quedan resortes a los que agarrarse?

La restricción de las ayudas es total, las reducciones son muy fuertes. El subsidio de desempleo sigue existiendo pero es para quienes han estado empleados y ya hay cantidad de personas que lo han agotado; igual que hay cantidad de personas que han agotado la renta activa de inserción que se da a parados de larga duración mayores de 45 años. Las ayudas sociales que abona la Junta de Comunidades, como son el Ingreso Mínimo de Solidaridad y la ayuda de emergencia, han visto reducidas sus partidas al mínimo; todos los días estamos recurriendo denegaciones y son ayudas verdaderamente para sobrevivir. No sé si en Albacete somos conscientes, y yo no sabría cuantíficar el número, pero aquí tenemos un tercer mundo que está pasando hambre, con unos ingresos de subsistencia. Y luego las administraciones siguen funcionando igual, las administraciones desahucian. Sí, en Las Seiscientas el alquiler es de 60 euros, pero es que la gente no tiene 60 euros para pagar la mensualidad, viven de la venta ambulante, de los ajos... y nos aparecen aquí con multas de 400 euros que no sé cómo van a pagar. La máquina burocrática sigue funcionando y no es que la gente de pronto se haya vuelto morosa, es que estamos en situaciones de verdadera subsistencia.

MÁS INFORMACIÓN EN EDICIÓN IMPRESA.