El testimonio de mujeres como Aisse Dansoko Cisse es imprescindible para desvelar las razones que hay detrás de la mutilación genital femenina y así tratar de evitar que las niñas que viven en España sean sometidas a esta gravísima manifestación de la violencia de género.

Esta mujer maliense, que lleva 14 años en España y es madre de tres niñas, jamás había hablado del ‘corte’, eufemismo con el que los africanos se refieren a la ablación del clítoris. «Cuando vine a España e iba al médico estaba dispuesta a hablar, pero nunca me preguntaban porque mis genitales eran diferentes», se sincera ahora Aisse, que como mediadora intercultural trata de hacer comprender a médicos, pediatras y demás sanitarios, también a maestros y profesores, porqué esta «barbaridad» es una practica socialmente aceptada en muchos países africanos y también en algunos orientales, como Pakistan o Egipto. 

El empeño es que se conozca la mutilación genital femenina para saber como evitarla y esto es lo que están haciendo oenegés como Médicos del Mundo con charlas como las que ofrece esta mujer maliense. Un acción que es financiada por el Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha para dar a conocer el protocolo que en 2017 se aprobó para combatir la mutilación. Un protocolo que ya ha dado sus frutos.

En Albacete, según los datos facilitados por la directora provincial del Instituto de la Mujer, Mercedes Márquez, se ha activado en tres casos, ante niñas de familias que procedían de países donde se practica la ablación y que iban a viajar por vacaciones con el consiguiente riesgo de ser mutiladas. En dos ocasiones la alarma saltó en el ámbito sanitario y un tercer caso se conoció en el colegio. Los padres aceptaron firmar un compromiso y someter a sus hijas a revisiones médicas antes y después de viajar, para confirmar que las menores no habían sufrido este daño. 

Albacete es una de las ciudades donde se concentra población procedente de países de riesgo. El Instituto de la Mujer estima que en la provincia residen 221 mujeres en riesgo, es decir, procedentes de países donde la mutilación genital femenina es aceptada y práctica común. Unas 75 son menores de edad, niñas, que es la problación verdaderamente en riesgo, pues la mutilación se suele hacer entre los cuatro y los 12 años. El peligro de que sean mutiladas se acrecenta cuando viajan de vacaciones a su país. 

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