Eran otros tiempos

Cristóbal Guzmán
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El Albacete visitará la próxima jornada al Sabadell, en un partido cuyo último precedente fue una exhibición en 1990 que acabó con el equipo de Benito Floro en Primera División

Alineación del Albacete en su última comparecencia en la Nova Creu Alta. - Foto: Jesús Moreno

Todavía con el golpe recibido el pasado lunes en Ponferrada, el Albacete Balompié preparará a partir de hoy el séptimo compromiso de la temporada, que supondrá su segunda salida consecutiva, esta vez a Sabadell.

En función de este primer tramo de competición, ambos equipos llegarán con problemas a este compromiso, independientemente de sus sensaciones. El Albacete está al borde de unos puestos de descenso en los que han caído los vallesanos en las primeras jornadas, lo cual dota el encuentro de un interés adicional.

Pero en las escasas ocasiones en las que ambos equipos se han visto las caras en la Nova Creu Alta en el torneo regular, no siempre ha sido así. Si bien es cierto que en la primera ocasión (1986) los locales se impusieron por la mínima y los blancos acabaron descendiendo, en la segunda (1990) el Albacete, que ya había levantado el vuelo en una campaña que iba a resultar histórica, depararon la primera gran exhibición de aquella temporada imborrable, la del primer ascenso a la máxima categoría del fútbol español.

Era la duodécima jornada del campeonato. En las primeras, el cuadro de Benito Floro se había mostrado intratable en casa, mientras a domicilio su mejora paulatina pero perceptible le había llevado a ganar su primer partido en Avilés (1-2) 15 días antes.

El Albacete, pues, se presentó en la Nova Creu Alta con la intención de apuntalar esa sensación de equipo diferente, capaz de competir con conjuntos aparentemente más fuertes en función de su historia, como el Murcia, el Deportivo de La Coruña o el Málaga.

Aquel 25 de noviembre, el Alba aguantó una primera mitad discreta en la que detuvo las escasas acometidas del equipo de José Antonio Naya, y fue en la segunda donde brindó uno de los mejores espectáculos de la temporada propinando una goleada que todavía se recuerda.

Pedro Corbalán, a los 13 minutos de la segunda mitad, abrió el marcador y allanó el camino de la victoria, y repitió a los 20 colocando una losa que el Sabadell ya no pudo levantar, y menos cuando Manolo hizo subir el tercero al marcador. Corbalán redondeó el resultado con una tripleta que dejó entrever su facilidad goleadora, hasta el punto de que acabó la temporada como uno de los máximo artilleros de la categoría.

Cuatro goles en 11 minutos fueron suficientes para que el Albacete dejara constancia, pese a lo prematuro de los juicios, de que era un firme candidato a los primeros puestos.

Tras aquel partido, el Albacete se colocó segundo, a cuatro puntos del líder provisional Murcia (en una liga de dos puntos por victoria), y el Sabadell cayó en los puestos de descenso, que conseguiría eludir a final de temporada.

Desde entonces, el panorama ha cambiado notablemente. El Sabadell, que descendió a Tercera División dos años después, tardó 18 años en recuperar la categoría de plata. El Albacete, por su parte, siempre estuvo a caballo entre Primera y Segunda División, pero curiosamente descendió a la categoría de bronce en la misma temporada (2010-2011) en la que los vallesanos lograron el ascenso.

Ahora, 24 años después, se vuelven a enfrentar con el objetivo de mantenerse en Segunda, para lo que deberán trabajar con ahínco en vista de la escasa cosecha en forma de puntos que han recogido hasta ahora.