En las tiendas virtuales de Google Play y App Store se venden o regalan cerca de un millón de aplicaciones para teléfonos móviles inteligentes. Las hay para todo, y para todos. Para viajar, para cocinar, para comunicarse, para entretenerse, para estudiar... y hasta para prevenir el suicidio, como la que quiere poner en marcha el Teléfono de la Esperanza. En este rico catálogo de apps hay algunas que han sido fabricadas en Albacete, por desarrolladores locales.
Algunas son encargos de empresas que buscan «estar en el bolsillo de sus clientes» a través de ese complemento casi imprescindible en el que se ha convertido nuestro teléfono móvil. Otras han sido aventuras propias de los desarrolladores que buscan experimentar en un mercado en el que no es fácil obtener ingresos, pues obtener visibilidad es harto complicado en un escaparate donde se venden miles y miles de productos: Apple Store y Google Play ofrecen la posibilidad de descargarse 775.000 aplicaciones diferentes. Ahí es nada.
Quienes se han aventurado ya en este campo saben que es muy difícil crear una aplicación tan interesante como para que los usuarios estén dispuestos a pagar. «La mayoría son gratuitas y aunque solo cuesten 80 céntimos o un euro, como no sea una app que realmente necesites no los pagas», admite María Dolores Lozano, codirectora del Máster en Tecnologías Web, un curso de especialización que alcanza ya su undécima edición y donde los alumnos aprenden, entre otras cosas, a manejar las plataformas tecnológicas para desarrollar apps.
Muchas de las aplicaciones empiezan ofreciéndose gratis y una vez que se hacen «esenciales» en la vida de sus usuarios, empiezan a cobrar una tarifa, «si consigues tener un millón de descargas, sólo con que cobres un euro consigues importantes ingresos», apunta Lozano. Ahora bien, lo difícil es ofrecer una app que llegue a alcanzar tal número de usuarios.
Un nuevo mercado es el que se abre en las wearables, las tecnologías vestibles, ropa inteligente, relojes, pulseras y gafas que incorporan funcionalidades que utilizan internet, «aquí para aplicaciones deportivas se abre un gran campo».
En el ranking de las apps más utilizadas se encuentran logos conocidos de sobra por todo aquel que tenga un smartphone. Whatsapp es el líder indiscutible, un 98,5% de los españoles que tienen un teléfono inteligente la tienen instalada, según el último informe anual The App Date. En España hay 23 millones de usuarios activos de apps que se descargan a diario 3,8 millones de aplicaciones. Ahora bien, ¿cuántas permanecen en el teléfono por mucho tiempo? Esa es la clave, hacerse imprescindible.