La terna paseó tres orejas que tuvieron distinto aroma

PEDRO J. GARCÍA
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El albacetense Pedro Jesús Merín debuto con los del castoreño y dejó una faena con buenos pasajes, pero falló con los aceros

José Garrido toreó con gusto. - Foto: ARTURO PÉREZ

La segunda novillada del abono tuvo astados de tres hierros -El Cortijillo, Alcurrucén y Lozano Hermanos-, aunque de la misma casa y el resultado artístico de la terna fueron tres orejas en el esportón, una por coleta. Los novillos de cada hierro tuvieron distinta condición y las orejas que paseó la terna también tuvieron distinto aroma, porque quedó la sensación de que se pudo cortar algún apéndice más y triunfar con unos novillos que, con su juego desigual, fueron manejables, con la excepción del brusco quinto y el complicado sexto.

Era tarde de interés, por ver la primera actuación de José Garrido, líder del escalafón novilleril, en el coso albacetense y por ver el debut con los del castoreño de Pedro Jesús Merín, alumno de la Escuela Taurina. Garrido mostró oficio, mientras que Merín tuvo las ganas del debutante y, además, dejó muy buenos detalles en el novillo del debut, por lo que al aficionado le quedan ganas de volver a ver otra actuación. Completó la terna otro local, Jorge Cordones, quien se ganó estar presente en el abono tras la novillada de preferia, pero no terminó de acoplarse con el mejor lote y paseó una oreja, al igual que sus compañeros. Y para completar la desigualdad de la tarde, también hubo brindis para tres matadores de la tierra: Cordones lo hizo a Antón Cortés, Garrido a Manuel Caballero, y Merín a Sergio Serrano. Tienen más sentimiento los de los novilleros locales y parece más interesado el del extremeño, ya que Manuel Caballero, además de exmatador de toros es comentarista en Canal + y ya saben que este mundo del toro es para listos. Y Garrido lo parece.

EL DEBUTANTE. Pedro Jesús Merín, alumno de la Escuela Taurina que debutó ayer con los del castoreño, apuntó detalles en tarde tan señalada, sobre todo con el primero de su lote, al que recibió con buenos lances a la verónica a un novillo que tuvo entrega de salida. Peor condición tuvo en el caballo, pero él siguió con ganas, con un buen quite por gaoneras y, tras el brindis al público, le recetó en los medios dos pases cambias, dejando patente su entrega, después templó al astado por el pitón derecho en dos series, más ajustada la segunda, pero la faena no terminó de tomar vuelo, sobre todo porque en el toreo al natural se sucedieron los enganchones y al novillo cada vez le costaba más tomar el engaño. Fue una faena intensa al principio, con buenos detalles de un joven que disimuló muy bien ser un debutante con los del castoreño. Dejó una estocada contraria que le obligó a descabellar y ahí llegó su calvario, porque se sucedieron los golpes de verduguillo, mientras escuchó dos avisos, hasta que el toro se echó por su cuenta y todo quedó en una ovación. Más complicado fue el segundo de su lote, el del hierro de Lozano Hermanos, con el que se desmonteró en banderillas Francisco Javier Ramos. Fue un novillo más brusco, con el que ligó las series, pero sin temple ni calado, pero con mucha voluntad. No mejoró la faena en el toreo al natural, aunque logró que sus series ganasen en limpieza, y alargó la faena, con la intención de agradar en exceso. En esta ocasión sí estuvo certero con los aceros y, tras las manoletinas, dejó una estocada que le valió para pasear una oreja, mismo premio que sus compañeros de cartel.

Mucho expectación levantó José Garrido, novillero puntero y que llegó a Albacete con el aval de una gran temporada en la que ha triunfado en las principales plazas del territorio nacional y, aunque es cierto que no tuvo el mejor lote de la tarde, si es preciso exigirle más, sobre todo si se le compara con el debutante, que suplió su bisoñez con entrega y buenos pasajes.

El primero de su lote, al que cortó una oreja, logró lo más brillante. Tiró de oficio y consiguió ligar y templar las series a un novillo que no se entregó, con media embestida y echando la cara arriba, pero él logró que los muletazos se sucediesen limpios, tanto por el pitón derecho como por el izquierdo. Templó y dejó pasajes de un toreo de buen gusto, para rematar con una estocada tendida y atravesada que le valió para cortar una oreja, con petición de la segunda que, con buen criterio no fue concedida. Brusco y sin clase fue el segundo de su lote y en su faena se sucedieron los enganchones, en una faena que fue más monótona, rematada con una estocada caída.

Jorge Cordones también paseó una oreja, como sus compañeros de terna, pero con la diferencia de que tuvo el mejor lote del encierro, un toro de El Cortijillo y otro de Alcurrucén. Al primero de su lote, de El Cortijillo, que brindó al público, le realizó una faena voluntarioso, pero sin calado y lo mejor fue la estocada, que le valió para cobrar una oreja.

El cuarto de la tarde, segundo de su lote, fue el mejor del encierro, al que recetó un buen puyazo Ignacio Le Tesón y Cordones le hizo un quite por chicuelinas. El toro tuvo clase y entrega, pero el novillero no terminó de acoplarse con él en una faena que no terminó de tomar altura y que, tras rematar con un pinchazo, una estocada atravesada y dos descabellos, fue ovacionada.