Dos pasos hacia la Moncloa

JAVIER M. FAYA (SPC)
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La jugada maestra del 'número uno' de los socialistas provoca que la alianza con Podemos esté un poco más cerca

Con la jugada maestra de ayer, Pedro Sánchez parece que ha dado un pasito más -o dos- hacia un acuerdo de Gobierno con Podemos, cuyo líder, Pablo Iglesias, que tiró de la soberbia intelectual que le echó en cara Monedero hace nueve días, autoproclamándose vicepresidente del Ejecutivo, le pudo haber costado caro. Encendió a los dirigentes socialistas más críticos con Ferraz, incluso con voces autorizadas como las de la vieja guardia, comenzando por el expresidente Felipe González. Eran otros tiempos. Se necesitaban reformas, demostrar a los españoles que se podía gobernar para todos desde la izquierda y apoyar a la emergente clase media.

Ahora las cosas han cambiado. Las satanizadas mayorías absolutas han dado paso a un problema poco menos que imposible de resolver. El diabólico rompecabezas que las urnas decidieron el pasado 20 de diciembre tiene en jaque a los grandes partidos, que ven cómo el tiempo corre y el país se encuentra con un Gobierno en funciones, y con unas elecciones a la vuelta de la esquina a no ser que las cosas cambien la próxima semana, que se antoja decisiva.

Ya lo dijo ayer el diputado de Podemos Alberto Rodríguez, famoso por sus rastas en el Pleno de constitución de las Cortes:«El PSOE tiene la pelota en su tejado».

Y es que la formación de extrema izquierda ha asumido unos enorme sacrificios para poner en bandeja de plata la Moncloa al secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, ya que ha pasado de las exigencias al, parafraseando el famoso café para todos del expresidente Zapatero, al café para ti. Esta quizás temeraria afirmación se basa en el hecho de que la cúpula del partido de Pablo Iglesias ha olvidado dos de sus principales exigencias:que sus aliados en las elecciones   -Marea, En Comú y Compromís- tuvieran tres grupos propios y que Ferraz acatara el referéndum de independencia con el que se le presionaba desde Cataluña, donde su gran aliada, Ada Colau, ha perdido la paciencia, vengándose el pasado lunes con la creación de una formación en la que Podemos no es bienvenido.

Ante este panorama, y con la credibilidad por los suelos -en cosa de meses cambió puntos utópicos y clave de su programa-, Iglesias ahora sí que teme que se convoque de nuevo a los españoles a votar. La razón es simple:gran parte de los 920.000 votos que le consiguió la alcaldesa de Barcelona en Cataluña se esfumarían, dado que no cuenta ya con su favor. No parece que CatSíQueEsPot pudiera atraer electores tras sus discretos resultados el 27-S.  Y todo esto es en clave nacional pues en la regional el panorama sería más desalentador para los morados, que confían en que la XI Legislatura en la comunidad mediterránea no sea corta como parece.

De todos modos, el resultado de la reunión del Comité Federal del PSOEde ayer ha tenido un efecto balsámico, ya que el ansiado pacto parece más cerca, y los barones más críticos con esta posible alianza se han quedado fuera de juego al haber apelado el madrileño a una palabra sagrada:las bases. Ante eso nada pueden hacer, salvo ir moviendo ficha en los próximos días para que los sectores más radicales de las mismas no otorguen su apoyo al actual número uno de Ferraz.

La presidenta de Andalucía, Susana Díaz, es caso aparte. Con una mala imagen en su tierra por su pobre gestión -apenas han salido leyes desde que llegó al poder en 2013-, prepara su desembarco en Ferraz. Cuenta con un gran fichaje de Madrid:Máximo Díaz Cano, exdirector de campaña de Chacón en las primarias de 2012. Sueña con echar a Sánchez en el congreso de mayo, cuya convocatoria ha sido un triunfo para ella, ya que el jefe no ha podido blindarse de cara a unas hipotéticas generales.

Habrá que ver si Iglesias juega bien sus cartas, se deja de provocaciones y de guiños a ERC, y da todas las facilidades a un Sánchez dispuesto a pactar con los morados. Eso sí, a la manchega, sin que les de problemas. Lamentablemente para Sánchez, esto no es suficiente, por lo que Ciudadanos podría tener la llave si Podemos se abstiene en una pinza contra el PP. El PNV es el gran tapado y está con el exconcejal.