El festival de Peñas de San Pedro estuvo entretenido

PEDRO BELMONTE
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Los cuatro matadores de toros anduvieron muy dispuestos con los novillos del Castillo de Montizón y cortaron dos orejas a los tres primeros y el rabo al que cerró

Como todos los años, se vivió en la coqueta plaza de toros de Peñas de San Pedro, un entretenido festival taurino en el que los novillos de Castillo de Montizón colaboraron lo justo para que los asistentes, que casi llenaron la plaza, lo pasaran en grande y fueran muy generosos con los diestros, que en todo momento quisieron agradar mostrándose muy dispuestos en sus faenas a unos ejemplares a los que les faltó ese empuje, que solo tuvo el tercero de la tarde que correspondió a Javier Castaño. Sin embargo, los novillos tuvieron nobleza, dejando a los diestros estar con comodidad en la cara, donde cada uno intentó a su manera meterse al público en el bolsillo.

Abrió plaza José Antonio Canales Rivera, diestro muy popular y conocido del gran público quien tuvo ante sí un animal que embestía con todo el cuerpo, faltándole clase en sus arrancadas aunque de mucha nobleza. En banderillas hubo que llegarle muy cerca aunque no apretaron, pero a la muleta llegó con poco recorrido, lo que obligó al torero a citar con la muleta retrasada para que el muletazo fuera algo más largo y el novillo pasara y poderle ligar el siguiente. Tiró al final de la faena de recursos para calentar el tendido, que entre la sosería del novillo y ser el primero, el público no entraba en la tarde. Lo mató de una estocada caída y paseó las dos orejas.

El segundo de la tarde tuvo delante a un torero que no sólo tiene un excelente corte artístico, sino que resulta muy solvente cuando los animales le plantean problemas o necesitan ante ellos un torero capaz y con recursos. Curro Díaz, metió al del castillo en el cesto a fuerza de dejarle la muleta en la cara, pues su embestida, además de rebrincada, le hacía cabecear, resultando incómodo estar delante. Lo cuajó perfectamente y llegó a ligarle tandas muy templadas, sin obligar al novillos pero muy fijo en la muleta. Embistió a desgana, pero esa falta del novillo la puso el de Linares, que logró una faena muy conjuntada, que finalizó con una estocada atravesada que asomaba, cortando igualmente las dos orejas.

Javier Castaño se llevó el de más codicia, animal al que cuando le bajó la mano, seguía la muleta con mucha transmisión, pero que un error le podría haber costado la voltereta ya que el animal se colaba de vez en cuando y sabía lo que se dejaba atrás. Bien castaño en una faena basada casi toda en el pitón derecho. Otras dos orejas tras pinchazo, media algo contraía y atravesada y un descabello.

Julio Benítez El Cordobés, tuvo como enemigo un novillo que si bien no estaba adornado con la clase en la embestida, se desplazó de largo y repitió durante mucho tiempo. Le enjaretó algunas series por los dos pitones con muletazos muy templados, llegando al final de la faena a adornos de mucho efecto en el tendido, como pases de rodillas y molinetes, quedándose muy cerca de los pitones con las rodillas en la arena como adornos finales. Le hizo guardia en el primer intento, cobró una estocada casi entera y dos descabellos, cortando los máximos trofeos con el público totalmente a su favor.