«Nos gusta un equipo agresivo, un equipo fuerte, aguerrido, contragolpeador. Lo que nos llevó a los Atléticos a identificarnos con esta gloriosa camiseta. Son siete años y sigo convencido de que este es el camino». Así es como Diego Pablo Simeone recordaba hace unos días su séptimo aniversario como entrenador del Atlético de Madrid. 

Su llegada supuso la vuelta a la ilusión de una hinchada rota y asqueada por ser el ‘pupas’, Una afición sufridora que necesitaba victorias y  títulos. El ‘Cholo’ llegó y la Historia cambió.

Por eso, el 2019, el año en el que el técnico argentino tiene que renovar con la entidad colchonera, se presenta crucial para el club. De ahí que la directiva, a través de su consejero delegado, Miguel Gil Marín, comience a adular a Simeone para convencerle de que el Wanda Metropolitano debe ser su casa en el futuro. «El ‘Cholo’ estará hasta que él quiera, y estoy convencido de que él seguirá queriendo en la medida que crea que el club puede conitnuar ayudándole a conseguir sus objetivos, que pasan por obetener más resultados», afirmó ayer Gil Marín en una entrevista a los medios oficiales del club. 

«Ojalá sigamos juntos muchos años más. Ello significaría que el Atlético sigue compitiendo con los más grandes», aseveró el dirigente, que, no obstante, apuntó que «el vestuario debe regenerarse de manera casi permanente» para cumplir objetivos. «Es necesario. Siempre hay jugadores que necesitan nuevos y diferentes retos para mantener la motivación, para alargar su carrera profesional», añadió. 

«También debemos tener en cuenta el desgaste diario como consecuencia de la exigencia de la competición y de la competencia interna», opinó. «Para mantener mucho tiempo a un entrenador, con una filosofía, con un método de trabajo, con un sistema de juego... es esencial ofrecerle alternativas permanentemente, que puedan aportar cambios, tanto en ilusión como en intensidad y juego», señaló, en un claro mensaje continuista.