Honestidad, esfuerzo, compromiso, responsabilidad, espíritu crítico y respeto. Seis valores fundamentales para la Universidad actual y para el Rey, protagonista ayer del acto de apertura del curso académico 2014-2015 en la Universidad de Castilla-La Mancha. Una inauguración de carácter nacional que este año ha escogido Toledo, «ofreciendo su esplendor con la hospitalidad y la generosidad de sus habitantes».
La presencia de los reyes de España, Felipe y Letizia, despertó una importante expectación en el entorno universitario, que no está acostumbrado a este clase de visitas al comienzo del curso. Felipe VI aprovechó para poner el acento oficial al comienzo de las clases descubriendo una placa, y poco después clausuró el acto subrayando «el reconocimiento profundo de la Corona por la aportación permanente y valiosa de la Universidad al progreso de España». Además,recordó que «la modernización»del país no hubiera sido posible sin ellas y sin el esfuerzo de un profesorado «que ha sabido formar excelentes profesionales en todas las áreas de conocimiento».
Sin embargo, el Rey tiene claro «que lo conseguido es mucho», pero entiende que no se puede caer «en la autocomplacencia» porque todavía existen barreras, «dificultades y retos que tenemos que superar». Al respecto, considera necesario que la Universidad actual no se limite a su labor docente e investigadora porque para lograr «la calidad y la excelencia» falta un ingrediente básico, la orientación al mundo laboral. Por ello, Felipe VI apuntó en un discurso ágil y directo «que tiene que seguir explorando fórmulas de colaboración con el tejido productivo, con las empresas, para potenciar el crecimiento económico y la generación de puestos de trabajo, tiene que proporcionar las herramientas para ser agentes de cambio, de avance».
Felipe VI intervino en último lugar para clausurar el acto y dar la bienvenida al curso académico. - Foto: Yolanda Lancha Y dentro del ámbito laboral, insistió en que la Universidad tiene un papel muy importante «en el conocimiento y la investigación». El Rey mantuvo que no puede permanecer aislada porque su integración en la sociedad es clave. A pesar del tono optimista del discurso, también dejó entrever que se enfrenta a desafíos «en circunstancias difíciles y complejas», pero con un gran respaldo social, «una ventana de esperanza para las generaciones más jóvenes y para el futuro del país».
Felipe VIseñaló también que las universidades «deben esforzarse por mantenerse en la vanguardia del progreso» y esa responsabilidad apunta en muchas direcciones. Por este motivo, agradeció la labor del profesorado y de las autoridades universitarias, pero también aconsejó a los estudiantes que «no pierdan la ilusión y las ganas de aprender», y sobre todo, que sean conscientes «que es muy grande el esfuerzo que la sociedad española ha hecho durante decenios para que las jóvenes generaciones de nuestro país puedan acceder a la Universidad».
Los reyes saliendo del edificio Envases de Carton del campus de la Fábrica de Armas de Toledo. - Foto: Yolanda Lancha Futuro.
El Rey encaró el final de su discurso aludiendo a la buena disposición y capacidad de las universidades «para adaptarse a nuevos entornos y superar toda suerte de retos y dificultades». Y gracias a estas condiciones «el mundo universitario ha realizado una imprescindible contribución a la construcción de una España mejor». Si bien, en este engranaje la pieza fundamental siguen siendo el estudiante. Sin embargo, los alumnos no pudieron disfrutar del evento que congregó a 600 personas.