Ventura deslumbra y deja un triunfo para el recuerdo

PEDRO J. GARCÍA
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El jinete portugués completó una gran tarde en la que destacó su primera actuación, premiada con un histórico rabo, y en la que su rejoneo brilló y caló en los tendidos

La corrida de rejones respondió a la expectación que siempre genera este tipo de espectáculo en el abono y, además, lo hizo con creces, porque hay varias circunstancias que así lo aseveran. La primera, que la plaza, que casi se llenó, presentó la mejor entrada en todo lo que llevamos de abono; la segunda, que se vivió un festejo triunfal en el que se cortaron siete orejas y un rabo; la tercera, relacionada con la anterior, que hacía ya décadas que una faena no tenía el premio de dos orejas y rabo -excesivo, por cierto- en el abono septembrino, siendo el protagonista el rejoneador portugués Diego Ventura, que ayer hizo historia y deslumbró en Albacete, sobre todo en la primera de sus actuaciones; y la cuarta, no menos importante, que se vivió la alternativa de un rejoneador de la tierra, el villarrobledense Juan Manuel Munera, que lució en tarde tan importante y de tanta responsabilidad y paseó dos orejas que le valieron para degustar la salida en hombros junto al maestro Diego Ventura. La sexta, para completar el set, fue la nota negativa, personificada en Sergio Galán, a quien le correspondió el peor lote y la fortuna le fue esquiva.

ventura arrollados. Diego Ventura completó la segunda de sus tardes en el abono ferial y si la primera fue la de la cruz, con poco lucimiento, ayer fue la de la cara, con un triunfo incontestable tras una actuación arrolladora que caló en los tendidos y se ganó al público asistente, el fiel de los caballos, el que cada año hace que los tendidos de la plaza de toros de Albacete luzcan su mejor imagen. Ese público sació su hambre de rejoneo y la principal parte del menú la sirvió Diego Ventura, con dos actuaciones brillantes, aunque más destacada la primera.

El jinete templó desde el primer momento, garrocha en mano, al astado de San Pelayo, que tuvo movilidad y entrega, lo que facilitó bastante la labor de un rejoneador que puso la plaza en pie. Con Nazarí comenzó todo, templando de costado una barbaridad una y otra vez y dejando las banderillas arriba, una y otra vez, tras clavar al estribo, como debe ser. No bajó de tono su labor a lomos de Milagro, sino que se estaba obrando el milagro de una gran actuación, con un jinete ajustadísimo en todo momento y haciéndolo todo muy templado y ajustado. Y el remate, valga la redundancia, llegó con Remate, con tres vertiginosas banderillas cortas, dos de ellas al violín y un buen lucimiento de doma previo al rejón de muerte, que tuvo el pero de que cayó trasero y contrario, por lo que el premio del rabo se antoja excesivo, pero fue lo que quiso el público, deslumbrado por el deslumbrante Ventura, que sacó sus pañuelos al viento y pidió un trofeo tras otros, hasta que se concedió el rabo, trofeo que hacía tiempo no se veía pasear por la plaza, salvo en algunos de los últimos indultos que se produjeron en el coso albacetense, porque, por ejemplo, el último sólo el premio de dos orejas.

Tarde a favor para Diego Ventura, que tuvo el detalle de brindar al recién alternativado, con el que mantiene una buena relación profesional y personal. No bajó el tono Ventura, sobre todo en banderillas con Sueño y Chalana, con los que clavó reunido y arriba. Con el primero templó de costado una barbaridad y para el recuerdo fue el recorte por los adentros, mientras que con el segundo repitió la operación, pero con un quiebro del que salió por donde no entraba una aguja. El remate, nuevamente con Remate, con banderillas cortas al violín y el famoso desplante del teléfono. Todo listo para otro gran final, pero el borrón llegó con un pinchazo antes del rejón de muerte trasero y contrario.

No tuvo su tarde Sergio Galán, quien no pudo reverdecer el gran triunfo del año pasado, ora porque el primero de su lote fue un toro más parado, ora porque el segundo de su lote se partió la mano derecha y tuvo que abreviar para despacharle. Entre tanto, la primera de sus labores, ante un toro que apenas transmitió, fue fría con el borrón de que el toro prendió a Titán, con el que brilló en 2014. Y con el cuarto de la tarde, todo se fue al traste cuando el toro se dañó. Una pena.

alternativa con premio. La tarde comenzó con la ceremonia de alternativa de Juan Manuel Munera, quien soportó la presión de compartir cartel con dos figuras del rejoneo en tarde tan importante, en la que lució una buena cuadra. Con su primero realizó una faena seria, clavando siempre arriba y con mucha entrega y celo, excesivo en ocasiones, lo que provocó que su enemigo tropezase las monturas varias veces antes de que rematase con un rejón de muerte trasero y contrario, que sirvió para que se premiase su labor con una oreja.

Con un apéndice en el esportón, Juan Manuel Munera, que devolvió el brindis al maestro Diego Ventura, volvió a salir muy decidido en busca de la oreja que le abría la puerta grande y lo logró con buenos pasajes a lomos de Romance, Roneo y Poveda y con la colaboración de Embrujo para dejar un rejón casi entero con el que despachó a Botinero y con un certero descabello.