La industria tinajera atrae a los coreanos y posibles contactos comerciales

Teresa Jiménez
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El alcalde, Valentín Bueno Vargas, visitó el Centro de Interpretación de la Tinajería con representantes políticos de la República de Corea

El alcalde, con los visitantes coreanos en la instalación municipal. - Foto: Ayuntamiento

El alcalde de Villarrobledo Valentín Bueno Vargas y el concejal de Cultura, Bernardo Ortega,  visitaron el Centro de Interpretación de la Tinajería con el presidente de la Asociación Española de Hapkido, el maestro Doo Hyung Cho y Son Ho Jong, jefe del equipo de Seguridad del presidente de la República de Corea.

La labor artesana forma parte de la tradición y la historia de Villarrobledo. Dentro de la artesanía local destaca la elaboración de las famosas tinajas de barro de las que ya Cervantes diera noticia en su obra Don Quijote de La Mancha.    La alfarería tinajera es un exponente del arte popular y utilitario de la Edad Media. Con más de cuatro siglos de antigüedad hoy todavía sigue vigente manteniendo la misma técnica artesanal que hace cuatrocientos años.

El desarrollo de la tinajería en Villarrobledo está asociado a la localización en el subsuelo del municipio de importantes yacimientos de arcilla de características especiales.

En las conversaciones mantenidas con el alcalde Valentín Bueno Vargas,  los visitantes  se interesaron por conocer las principales zonas industriales de Villarrobledo y sus posibilidades, así como las características  del importante nudo de comunicaciones por carretera de la localidad dentro del mapa nacional, de cara a posibles contactos comerciales.

En la visita a la instalación municipal del Centro de Interpretación de la Tinajería pudieron conocer la historia y el proceso de fabricación de las tinajas de barro que tanta fama dan a la ciudad a lo largo de su historia.

orígenes. La aparición de la alfarería en Villarrobledo, entendida como un trabajo sistematizado, sobre todo en lo que concierne a la fabricación artesanal de tinajas de barro, se remonta cuatro siglos atrás aunque este trabajo no aparecerá documentado hasta el siglo XVII en que figura el primer documento que hace referencia a los tinajeros locales.

Se trata del Arancel de Reformas y Precios de las Mercaderías, Salarios, y Jornales de 1627 hecho en virtud de las Reales Pragmáticas donde se regula el precio de las tinajas por arrobas.  

En 1753 en el Catastro de la Ensenada aparece la primera relación de los hornos y de los tinajeros que trabajaban en Villarrobledo en el que se recogen los nombres y apellidos de los mismos, los cuales evidencian la tradición y continuidad del gremio hasta la actualidad.

Las tinajas constituyen todo un componente del arte popular y utilitario de la Edad Media.

Según las investigaciones realizadas de las que destaca la tesis doctoral realizada porla villarrobletana, María Dolores García Gómez, «la labor tinajera podría tener un claro origen árabe asociado, por un lado a la dependencia que tenía Villarrobledo, en los momentos de su aparición, de dos núcleos importantes de predominio musulmán, Alcaraz y Toledo, y por otro,  a los asentamientos moriscos en dicha villa, fruto de las deportaciones realizadas durante la Reconquista».

        Desde el siglo XIX y hasta mediados del XX la actividad en el barrio tinajero de Villarrobledo fue muy intensa. Hoy día son pocas las muestras que quedan de esta actividad.

        Los grandes solares donde se ubicaban antiguos hornos tinajeros dedicados a fábricas,  se han ido convirtiendo con el tiempo en edificaciones.

        En Villarrobledo quedan todavía muestras significativas de la tinajería. El barrio de Los Tinajeros donde se  concentraban los barreros de donde se extraía el material para hacer tinajes, el barro,  rinde especial triuto a los tinajeros con un gran parque del que se levantan  las enormes vasijas que  almacenan miles de litros de vino en las bodegas.