El año 2018 fue el del final de la sequía meteorológica en el Júcar medio, que incluye buena parte de Albacete y de Cuenca, después de varios episodios de lluvias intensos que comenzaron en pleno invierno y se prologaron hasta bien entrado el mes de noviembre.
Pero los tres años de sequía precedentes -2015, 2016 y 2017- dejaron tras de sí un déficit que, por fin, empieza a normalizarse, de acuerdo al último informe de indicadores de sequía elaborado por el organismo de cuenca y correspondiente al mes de diciembre.
Este informe es el primero que se elabora de acuerdo a las determinaciones del nuevo Plan Especial de Sequía de la Demarcación Hidrográfica del Júcar, que entró en vigor el 27 de diciembre. Con el nuevo sistema Albacete y Cuenca logran un aprobado alto.
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