El Ministerio del Interior presentó esta semana su balance de los delitos de odio registrados en el último año, y el informe incluye un dato positivo para Albacete: hubo 12 delitos de este tipo en 2014, 17 menos que el año anterior. Ocho de los 12 casos responden a incidentes relacionados con discriminación de personas por cuestiones de identidad u orientación sexual, otros dos casos tienen que ver con discriminación a personas con algún tipo de discapacidad, y otros dos casos a delitos por racismo y xenofobia. En la estadística, y en lo tocante a Albacete, no aparecen delitos de antisemitismo, ni relacionados con ofensas a las creencias religiosas. Tampoco se documentaron casos de lo que se llama aporofobia, es decir, «odio o rechazo» a personas pobres, y que incluye incidentes tipificados penalmente donde se castigan «expresiones y conductas de intolerancia» referidas al odio u hostilidad ante «el pobre, el sin recursos y el desamparado», explica el Ministerio del Interior. En la provincia, con estos 12 casos registrados en la estadística, hubo 10 víctimas y 18 personas detenidas o imputadas, aunque no se aclara por qué cuestión. En todo el país se contabilizaron 1.285 delitos de odio, con más de medio millar de detenciones o imputaciones.

El descenso de casos en Albacete se detalla cuando Policía Nacional y Guardia Civil están mejorando la persecución de este tipo de conductas, después de que a finales de 2014 el Ministerio del Interior les facilitara el primer Protocolo de Actuación para estos casos, un instrumento con el que se pretende visualizar mejor los fenómenos de intolerancia. En la provincia y en el resto del país denuncias de personas que implican esta connotación de delitos de odio no siempre se tipifican como tales, y es por ello por lo que Interior hizo este protocolo. El nuevo informe anual incluye un apartado con la actividad de Castilla-La Mancha, donde Policía Nacional y Guardia Civil contabilizaron 58 delitos de odio, la mayoría de ellos por racismo y xenofobia. En estos 58 incidentes hubo 54 víctimas y 30 personas imputadas o detenidas. Los datos castellano-manchegos están muy lejos de los de los delitos de odio de Cataluña (214) o Andalucía (297).