El último banquete del hombre del hielo

A. de la Fuente (SPC)
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Antes de morir, Ötzi degustó una comida rica en grasas compuesta por carne de caza, cereales y una planta tóxica, una dieta que desvela cómo era la alimentación hace 5.000 años

En lo alto de las montañas alpinas, a más de 3.000 metros de altitud, Ötzi decidió darse un pequeño respiro en su espectacular escalada y, en medio de un estrecho barranco, se sentó a degustar un suculento menú. De su pequeña faltriquera de cuero sacó diversos víveres: unos pedazos de carne de cabra montesa, otros de ciervo rojo, a los que acompañó con unos granos de un cereal llamado escaña y lo finalizó con unas ramitas de un helecho tóxico. Sin probablemente saberlo, este individuo del Calcolítico -con más de 5.300 años de antigüedad- estaba degustando la que sería su última comida antes de morir asesinado por la espalda, víctima de un certero disparo de flecha, y de quedar sepultado por la nieve durante más de cinco milenios. 

Desde que el 19 de septiembre de 1991 este Hombre del Hielo fuese descubierto azarosamente por una pareja de excursionistas alemanes en los Alpes de Ötzal -de ahí su sobrenombre-, su cadáver ha sido objeto de todo tipo de investigaciones científicas. En esta última ocasión, las pesquisas se han centrado en indagar qué había en las profundidades de su estómago, las cuales han revelado que su banquete final fue muy alto en grasas, desmontando viejas hipótesis que apuntaban a que era vegetariano. Las grandes proporciones de grasas halladas en su cuerpo, procedentes de la ingesta de carne de animales como el íbice -un tipo de cabra- y el ciervo, demuestran lo contrario.

Según los expertos del Instituto para Estudios de la Momia-Eurac de Bolzano (Italia), este tipo de dieta «tiene todo el sentido» si se tiene en cuenta el contexto montañoso en el que vivió y el lugar donde fue encontrado. Un ambiente tan frío supone un auténtico desafío para el cuerpo humano, que requiere de un buen suministro de nutrientes para recuperar energías y poder sobrevivir en aquellas altitudes. Asimismo, el estudio de estos componentes alimenticios indica que la carne de los animales salvajes la pudo consumir fresca o seca. Por lo que respecta a la presencia de elementos de una planta tóxica, esta es más difícil de esclarecer, aunque a los investigadores no les resulta tan extraña ya que Ötzi padecía una enfermedad cardíaca y sufría problemas intestinales relacionados con unos parásitos. Estas hojas de helecho indican que el Hombre del Hielo las pudo tomar como hierbas medicinales para aliviar esos dolores estomacales, aunque también las pudo haber empleado para envolver los alimentos y, por tanto, la ingesta de esas esporas tóxicas fuese casualidad.