Presentó sus credenciales para avanzar su modelo de gestión de cara al futuro. El consejero de Sanidad y Asuntos Sociales, José Ignacio Echániz, intervino ayer en el Pleno de las Cortes de Castilla-La Mancha en el debate general, presentado por el Grupo Parlamentario Socialista, sobre la implantación del llamado modelo público-privado de los hospitales de la región.

Después de hacer un repaso por todo lo llevado a cabo en estos dos años de gobierno del PP, Echániz concluyó que pese a las dificultades por el «obsequio electoral y regalo envenenado» de los socialistas al entregar el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) «en quiebra», adoptando las medidas adecuadas -Plan de Garantías de los Servicios Sociales Básicos- se ha llegado a una «gestión eficaz del sistema sin tocar las prestaciones, sin cerrar hospitales y manteniendo la calidad del servicio».

Estas son, según Echániz, sus credenciales para «reformar, modernizar y hacer sostenible el sistema sanitario». Y en este sentido, el consejero señaló que la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales no puede quedarse al margen y «nunca vamos a renunciar a la mejora permanente con otros modelos de gestión, porque a través de una gestión moderna es como se desarrolla un mejor servicio a los ciudadanos, una mejor sanidad con los instrumentos que se ponen a nuestra disposición».

innovar. Y es que Echániz considera que negarse a mejorar la gestión es negarse a que el sistema sanitario «innove», como negarse a la entrada de un nuevo medicamento o de un nuevo procedimiento quirúrgico a la sanidad.

«Es imprescindible no parar. Parar la sanidad es parar a toda la sociedad», recalcó. Por ello, apostó por ajustarse a nuevos modelos de gestión. «Si hay una nueva fórmula mejor para el sistema sanitario, para los profesionales, para los pacientes, no tiene sentido no aplicarla;es más, es una falta en términos de justicia social y política».

Y porque apuestan por la innovación, aseguró, estudian constantemente nuevas fórmulas en la línea de lo que han manifestado todas las autoridades de la Unión Europea. Así, «como este Gobierno está plenamente legitimado para poner el instrumento que considere más apropiado al servicio del público, seguimos considerando la gestión sanitaria como un instrumento al servicio de un fin, que no puede ser otro que una sanidad pública, universal y gratuita en beneficio de todos los ciudadanos».

Sin embargo, matizó que de lo que se trata es de «mejorar la sanidad pública» y de adaptarse a las nuevas necesidades y exigencias de los pacientes. «Y que no les quepa ninguna duda de que no dejaremos de aplicar las mejores fórmulas para conseguirlo». De este modo, continuó, «cada vez que aparezca una nueva forma de gestión que logre mejorar nuestra sanidad, acortar la lista de espera, promover el cumplimiento de objetivos para mantener la calidad esencial; la estudiaremos y la incorporaremos».

«Estamos dispuestos a estudiarlas todas, para terminar con la deuda de nuestro sistema sanitario», concluyó.