La restauración del retablo barroco de la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios ha traído consigo una sorpresa agridulce, pues ha permitido recuperar una valiosa pintura  cuyo tamaño real se desconocía pero, al mismo tiempo, ha servido para comprobar que cometer barrabasadas con las obras de arte no es cosa del presente.

El director y coordinador del Museo Etnológico Camino de la Cruz de esta localidad, Santiago Núñez Delicado, explicaba ayer a La Tribuna de Albacete que «todos los vecinos sabían que existía la pintura, no era un secreto porque formaba parte del conjunto del retablo, estaba bien a la vista; lo que nadie sabía era su formato real».

Según su relato, cuando se produjo el desmontaje del retablo para proceder a su restauración, se pudo extraer la pintura de su sitio y lo que todo el mundo pensaba que era una obra de pequeño tamaño resultó ser un lienzo de grandes dimensiones, con figuras que han permanecido ocultas a los ojos de los fieles durante siglos.

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